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Reportaje:

El videoarte mira a la realidad

La feria Loop inaugura su edición más concurrida con 42 galerías

En 1558 Pieter Bruegel dibujó con pluma y tinta marrón su interpretación de los siete pecados capitales, siete universos fantásticos poblados por seres humanos, demonios, criaturas híbridas y arquitecturas imposibles. En 2010 Antoine Roegiers empezó a redibujar todos los componentes de estos dibujos para crear una animación audiovisual con gran profundidad espacial, que permitiera al espectador penetrar en el mundo de Bruegel. La obra, que se presenta en la galería suiza Guy Bärtschi, es uno de los estrenos mundiales de la feria de videoarte Loop, que abrió ayer en el Hotel Catalonia Ramblas su 9ª edición, con 42 galerías de 13 países y obras con precios entre los 2.800 y los 60.000 euros.

Quizá sea un signo de los tiempos, pero es el único vídeo de animación propiamente dicha, junto con Les Ventres, una crítica del capitalismo corporativista de Philippe Grammaticopoulos (Anita Beckers, Fráncfort), dibujada con un estilo que remite a los diseñadores satíricos alemanes de la década de 1930. El resto, de una forma u otra, se basan en la realidad, en muchos casos intervenida, manipulada y modificada, pero realidad al fin y al cabo. Incluso las caleidoscópicas imágenes abstractas de los vídeos de Nick Crowe (Ceri Hand, Liverpool) y Andrea Bátorfi (N2) son fruto de las grabaciones desdobladas y sobrepuestas del desmantelamiento de un puente en Berlín y de los bosques alrededor del Danubio, respectivamente.

La herencia del documental planea sobre toda la feria, multiplicándose en propuestas que van desde la relación entre hombre y arquitectura de Levittown de Jordi Colomer (Meessen de Clercq, Bruselas), hasta la reconstrucción vocal por los propios obreros de los ruidos que produce una fábrica de ladrillos, como banda sonora de una fábrica sin materias primas para trabajar, del cubano Adrián Melis (ADN).

Cierta austeridad se percibe también en el planteamiento espacial de la feria, abierta hasta el sábado. Por primera vez, los directores, Llucià Homs, Carles Duran y Emilio Álvarez, han restringido la participación a un artista y vídeo por habitación, eliminando las proyecciones en los baños. Las instalaciones han desaparecido y, casi como un nostálgico recuerdo de otros tiempos, queda el traje de astronauta que Alicia Framis (Estrany-de la Mota) llevó durante una célebre performance realizada por las calles de Nueva York, que se proyecta en vídeo.

Los soportes alternativos vuelven a dejar paso a las pantallas de toda la vida y prácticamente no se aprecia ningún alarde de creatividad en los montajes. Lo más atípico resulta la pieza inédita de Michael Snow (Àngels), que se propone replantear la condición del espectador, enfrentándole a una proyección en el suelo de una carretera en movimiento permanente. Las técnicas 3D, que se anunciaban como la gran novedad de la creación audiovisual, brillan por su ausencia, excluyendo el hipnótico y fascinante Evolution de Marco Brambilla (Christopher Grimes, Los Ángeles), que recrea una satírica historia de la humanidad combinando fragmentos de más de 400 películas.

A pesar de la crisis, esta es la edición más concurrida de Loop. "Una prueba más de que la excelencia y la especialización son las características idóneas para esta coyuntura", asegura Homs. Esta opinión es compartida por la asociación de Galerías Independientes de Cataluña (GIC), que ha aprovechado la inauguración de Loop para enviar a los agentes de la política cultural catalana una carta abierta en la que expresan su preocupación por los planes de futuro de los candidatos a la concejalía de cultura de Barcelona.

"Todos coinciden en priorizar la creación de una gran feria, que pondría Barcelona en el mapa del arte contemporáneo internacional, cuando la debilidad del sector y del coleccionismo indica que no tendría ninguna garantía de futuro", dice la carta, que invita a los políticos "a mirar lo que tienen bajo sus narices", es decir, potenciar un entramado de artistas, galerías, centros de producción y exposición, comisarios y escuelas, que languidece por falta de financiación, apoyo y estructura.

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