La inmobiliaria dueña de Alfageme suspende pagos por 200 millones

Promalar, la empresa inmobiliaria propietaria de la conservera Alfageme, actualmente en proceso de liquidación, presentó concurso de acreedores voluntario ante el juzgado Mercantil de Vigo con unas deudas que superan los 200 millones de euros, lo que lo convierte en el mayor de Galicia en estos momentos.

Novacaixagalicia es la entidad que se llevará la peor parte, con préstamos por valor de más de 100 millones, seguida del Banco Popular, con unos 50 millones. La empresa propiedad del empresario Juan Lago Pérez achaca la suspensión de pagos a la situación de la conservera, que, dice, les ha ocasionado un agujero patrimonial en la matriz superior a 40 millones de euros. Tanto la caja gallega como el Popular son los principales acreedores, junto a la Xunta, de la malograda conservera.

El empresario Juan Lago, señalado por los sindicatos como el responsable de la quiebra de Alfageme, está vinculado a varias decenas de sociedades dedicadas a la promoción de viviendas como Profaro Terrenos, Arkiterra, Coar o Vialcan. Una de las principales empresas de su grupo, Feyju, también ha suspendido pagos tras presentar unas pérdidas de 300.000 euros.

"Esperamos salir del concurso rápidamente porque hemos llegado a un acuerdo con el 70% de los acreedores", avanzó ayer un portavoz. La mayoría de los activos de Promalar se encuentran en el suelo, tanto urbanizable como rústico -en los montes de Aldán, en Cangas, posee casi dos millones de metros cuadrados-. Las mismas fuentes aseguran que el acuerdo con la banca no contempla ninguna quita, por lo que la continuidad de la empresa pasaría por una solución parecida a la que aplicó en su día Martinsa-Fadesa.

Aunque no tienen un gran peso en su cartera, Promalar también tiene dos promociones de viviendas sin vender en Redondela y Cangas, y rehabilita un edificio histórico en pleno centro de Vigo.

El propietario de Promalar saltó a las páginas de los periódicos en 2007, cuando se convirtió en el único accionista de tres compañías de fama: Alfageme, Marsac y Conservas Peña, con un volumen de ventas de 90 millones. Pretendía formar un grupo de referencia en Galicia, superando la tradicional atomización del sector, e incluso ampliar la producción y hacer nuevas contrataciones. La gestión la dejó en manos de su hijo Gustavo Lago.El proyecto industrial de Alfageme, que contemplaba el cierre de dos de sus cuatro fábricas, se basó siempre en la recalificación de los terrenos que ocupa en Vigo. La gestión de la empresa ha provocado, además del despido de 190 trabajadores, una gran polémica. La Consellería de Economía del anterior Gobierno de la Xunta, gestionada por el PSOE, le otorgó la mayor cantidad de avales que se recuerdan en la comunidad autónoma, que cubren el 80% préstamos para Alfageme por importe de 44 millones.

Lago, un habilidoso empresario que proyectó sus empresas en la Exposición de Sevilla en el 92, es también uno de los mayores propietarios de terreno. Compró a los herederos del Condado de Aldán, en Cangas, los dos millones de metros cuadrados de monte que se extienden entre ese municipio y Bueu, pero no logró la recalificación pactada en convenio con José Enrique Sotelo (PP), el anterior alcalde, para promover 5.000 viviendas. Ese mismo suelo, ahora de protección forestal, también se lo ofreció a la Zona Franca de Vigo. Su expresidente Pablo Egerique proyectó un parque empresarial en 2002, pero su sucesor en el cargo, Enrique López, anuló la operación.

Las grandes bolsas de suelo son ahora, para la banca, activos difíciles de rentabilizar. Pero la inmobiliaria asegura que saldrá del concurso tras pactar la refinanciación. La mayoría de sus créditos están avalados con garantías reales.