Rubalcaba vaticina que los socialistas gobernarán en las siete ciudades
El vicepresidente dice que los alcaldes suplen "las ocurrencias" de Feijóo
En la sede federal socialista de Ferraz, Galicia está marcada con una cruz. Una cruz que significa que, de momento, los muebles parecen a salvo. Por eso ni José Blanco el pasado fin de semana ni Alfredo Pérez Rubalcaba ayer en Vigo llamaron a darle un vuelco a las previsiones, sino a consolidarlas. El vicepresidente del Gobierno se atrevió a vaticinar unos resultados "excelentes", que consideró en buena medida una respuesta a la política "antisocial" de Feijóo en la Xunta, avanzadilla de la que Rajoy, opinó, quiere aplicar en todo el país.
El Auditorio Mar de Vigo se le quedó corto a Rubalcaba porque alguien, probablemente en Ferraz y para disgusto de Abel Caballero, prefirió el salón de entrada a las 1.500 butacas del teatro principal. El miedo al fracaso se evidenció injustificado, y buena parte de los que se acercaron al mitin se quedaron a las puertas. Rubalcaba, que por la mañana cumplió el compromiso con Ourense que quedó anulado por el terremoto de Lorca, comenzó por alabar el trabajo realizado por el alcalde y candidato vigués, y de ahí pasó al secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, que ha saldado la visita de cada ministro con un respaldo a su tarea. El resultado, afirmó, será por el trabajo de los alcaldes socialistas, "pero también por el que se ha hecho en Galicia desde la oposición, muy importante, desde el primer día y sin perder el ánimo".
Caballero agita la crisis de las cajas para movilizar a su electorado
El vicepresidente se rebeló contra "el topicazo de la Galicia conservadora", y fue en ese momento cuando destapó su apuesta. "Si gobernamos en seis de las siete ciudades y cogobernamos en la séptima, Galicia se confirmará como lo que es: moderna y progresista". Su envite restó posibilidades al candidato socialista de Pontevedra, el exdelegado del Gobierno Antón Louro.
En el Día das Letras Galegas, Rubalcaba confesó su "envidia" de una comunidad con dos lenguas, lo que consideró una riqueza indiscutible. Pero advirtió que ese valor es como una planta que hay que regar cada día, y no cree que lo haga el Gobierno de Feijóo. "Ojo con lo que hacen los que mandan, porque el gallego es patrimonio de Galicia y de los españoles".
No fue la única acometida contra el Ejecutivo gallego, del que recordó que se estrenó retirando la gratuidad universal de los libros de texto. "Fue lo primero que hizo", incidió. Y esa y otras "ocurrencias" similares fueron enmendadas en Vigo por su alcalde y también en el resto de ciudades gobernadas por los socialistas. "Hemos suplido las políticas conservadoras que la Xunta ha traído a Galicia", dijo.
A Rubalcaba le precedieron Pachi Vázquez, que aseguró que Rubalcaba "tiene al PP de los nervios", y una absolutamente afónica Carmela Silva, número dos de la lista de Vigo y portavoz socialista en el Senado. Pero el último en tomar la palabra antes de que lo hiciera el vicepresidente fue Caballero, que convirtió su discurso en una barricada contra el PP de Feijóo y de su contrincante, Corina Porro. En esa barricada, un papel fundamental lo jugó la lucha que lideró el propio Caballero contra la fusión de las cajas que pretendía Feijóo: "Dijeron que la caja era de ellos, los vigueses salimos a la calle, la demandamos y con el tiempo fue nuestra".
Caballero se quejó de los vuelos de Peinador, del apoyo de la Xunta al Auditorio y del proyecto del nuevo hospital. También presumió del cambio urbano experimentado por Vigo, del que Porro, a la que no citó, "no se entera, porque sale del trabajo y se va a su chalé que está en Vilaboa, fuera de la ciudad".
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