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Reportaje:Empresas & sectores

Detroit vuelve a rugir

Los fabricantes de automóviles de EE UU superan la crisis y entran en beneficios

"Importado de Detroit". Ese es el eslogan de la nueva campaña publicitaria de

Chrysler. Se trata de un anuncio de dos minutos protagonizado por el rapero Eminem, criado en Detroit, en el que el tercer fabricante de coches de EE UU muestra que la compañía salió del taller de la suspensión de pagos lista para competir ahora que la industria del automóvil emerge de la peor recesión desde la Gran Depresión.

Chrysler se anotó en el primer trimestre a los beneficios, que alcanzaron los 116 millones de dólares, los primeros desde que hace dos años fuera rescatada por Fiat y el mejor resultado desde 2006. Eso significa que los tres gigantes de Detroit -General Motors, Ford y Chrysler- tienen ya sus cuentas en positivo, algo que no se veía desde finales de 2004. Se pasa así página al periodo más oscuro en la historia de la ciudad del motor.

GM, Chrysler y Ford casi han recuperado el nivel de empleo de hace tres años

General Motors, que también se declaró en bancarrota en 2009, está teniendo los mejores resultados en 11 años, desde el boom de los coches devoradores de gasolina. El primer fabricante de EE UU ganó 3.200 millones en el arranque del año, más del triple que en el mismo periodo de 2010. Sus ventas ascendieron a 36.200 millones, 4.700 millones más que hace un año.

Son ya cinco trimestres seguidos de ganancias. Dan Akerson, su consejero delegado, lo atribuye a la fuerte demanda por coches más eficientes y a una estructura de costes más competitiva. La mitad del beneficio, sin embargo, vino de la venta de intereses en Delphi y Ally Financial. Y las acciones de la nueva GM no terminan de rebasar los 33 dólares, precio con el que volvió hace unos meses a Wall Street.

Ford, que ni suspendió pagos ni recibió ayudas, lleva ocho trimestres consecutivos en beneficios. En el arranque del año sus ganancias subieron un 22%, hasta los 2.550 millones, y sus ventas ascendieron a 33.100 millones, en el mejor resultado desde 1998. En su caso, además, el margen de beneficio en la división norteamericana es del 10,3%, frente al 6% de GM.

Los tres de Detroit no solo esperan seguir siendo rentables, sino que están a punto de recuperar el nivel de pleno empleo en sus plantas. Eso, según Joe Ashton, vicepresidente del sindicato del automóvil (UAW) en GM, se conseguirá en septiembre, cuando se cubran los últimos puestos por ocupar. Todos los empleados afiliados a la UAW en Ford están de vuelta. En Chrysler la operación retorno va más lenta.

Los representantes sindicales explican que el empleo en las fábricas de EE UU se estabilizó conforme las ventas fueron creciendo. GM tiene plena confianza en el futuro. Esta semana anunciaba un plan de expansión con el que invertirá 2.000 millones antes de 2014 y creará 4.800 empleos nuevos en las 18 plantas que operan en EE UU, claves para fabricar la nueva generación de vehículos.

Es, dicen desde la UAW, una clara evidencia de la recuperación de la industria, aunque los sindicalistas admiten que se está lejos de alcanzar el nivel de empleo que tenían las tres compañías a finales de los años noventa. Y esto sucede -a pesar del alza de la gasolina- gracias a la reducción de costes fijos, lo que permite a las compañías vender coches con menos margen de beneficio que los deportivos, todoterrenos y camionetas.

Don Johnson, analista de ventas de GM, dice que el alza de la gasolina está siendo "más manejable" que en 2008, cuando hizo tambalearse a la industria. "Nadie podía haber imaginado hace dos años que verían esto tan pronto", dijo en Detroit el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, que habló de la creación de 90.000 empleos desde la salida de la suspensión de pagos.

Las cosas son diferentes, cierto. Pero aún quedan ajustes para que el motor de la Detroit del siglo XXI ruja con todos los cilindros. Las ventas subieron un 18% en marzo y avanzan a un ritmo anual de 13,2 millones de vehículos. Hace una década, cuando tocó techo, eran 17 millones. Y todo esto mientras se acelera el cambio de coches grandes a pequeños.

Los analistas creen que el sector tiene ahora el tamaño adecuado. Y está sacando al mercado vehículos que responden mejor a la demanda de consumidores más concienciados con el coste de la energía, a los que obviaron durante años. Eso permitirá que conforme la economía se vaya recuperando, las tres compañías de Detroit estén mejor colocadas para rentabilizar aún más las ventas. -

A competir con Japón

Sergio Marchionne, consejero delegado de Chrysler, dijo durante la presentación de los resultados que no olvida que el éxito es algo efímero. Era su manera de no cantar victoria y de decir que, antes de dar el salto a Wall Street, como hizo General Motors, prefiere tener varios trimestres con beneficios y demostrar que puede rodar sin ayudas públicas.

A corto plazo, en Wall Street quieren ver cómo la espiral en el coste de las materias primas y los cuellos de botellas creados por el terremoto en Japón afectan a las ventas de los tres fabricantes de Detroit. JD Power & Associates cree que será difícil que en EE UU puedan mantenerse por encima de los 13 millones de unidades anuales.

FM, Ford y Chrysler están sacando al mercado vehículos con el atractivo suficiente para quitar clientes a Toyota, Nissan y Honda. Y eso, como señalan desde AutoNation, les hará ganar cuota de mercado por segundo año consecutivo. "El renacimiento de Detroit está bien encauzado", señalan desde el mayor distribuidor de coches de EE UU.

Los tres de Detroit controlan el 46,5% del mercado, 1,5 puntos más que hace un año. Los japoneses, el 35,5%, casi tres puntos y medio menos. Como EE UU, Japón es un país que emerge rápido de las cenizas. Pero GM, Ford y Chrysler jugarán con ventaja durante los próximos seis meses y no tendrán que tirar de descuentos para vender. Una no tan buena noticia para el consumidor.

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