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Columna
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¿A quién le interesa esto?

Jesús Ruiz Mantilla

No ha existido un solo mensaje que cale, no han causado la más mínima sorpresa. Todo está hablado, manido, todo es conocido. Nos lo sabemos de sobra, resulta repetitivo, cansino. Han conseguido aumentar los índices de nuestro colesterol en la paciencia. El sobrepeso de nuestro aguante. Son tan previsibles como tóxicos y anodinos para darle enjundia a la cosa pública. Unos por cinismo y otros por impotencia para hacer despertar un electorado harto, abotargado, perezoso y carente de fe.

Las campañas transcurren con su velocidad de crucero. Cada uno seguro de lo que le toca y lo que se juega. Casi nada. Gallardón dispuesto a coleccionar una nueva mayoría absoluta desde los carteles con su media sonrisa, entre sobradilla y amable. Parece estar riéndose un poco de nosotros ante la que nos tiene preparada a la vuelta de la esquina: largarse y dejarnos aquí a la delfina Botella. Se sabe el rey del centro. No muy molesto a la izquierda y candidato perpetuo a la hoguera por la extrema derecha: la instalada en su partido y la que se muestra cada día más prepotente en la calle.

Esperanza no necesitaba tanto lifting para su cacareado triunfo. Si dejamos aparte el apestoso culto a la personalidad que se la rinde con la pasta de todos desde Telemadrid, su campaña es la mejor para mi humilde gusto. Si se trata de vender burras, resulta tan efectiva y luminosa en los tonos de los carteles como despreciable en su empeño de intentar colárnosla con sus logros en la educación y la sanidad. Brilla en la calle como ninguno. Seduce y sonríe. Abraza y besa sin torcer el gesto. Cuánto tienen que aprender de ella los más sosos.

Desde el PSOE, Tomás Gómez mira a las musarañas. Parece más encerrado en un limbo que en la cruda realidad de un Madrid sordo a sus mensajes mientras Jaime Lissavetzky sabe que no se bate por nada esta vez y pide discretamente paso con vistas a la batalla que le toca librar dentro de cuatro años. Depende absolutamente de él, de su capacidad de generar ilusión, discurso, mensaje. Tiene plazo. Su hora llegará cuando la apisonadora electoral del alcalde se centre en la Moncloa y haya dejado aquí como heredera a esa gran nada, ese ente vacío llamado Ana Botella. Aún hay tiempo para evitarlo. Solo un ruego: No nos haga esto, alcalde, por lo que más quiera. No ahorre en neuronas para gobernar la ciudad, se lo pido.

E Izquierda Unida, ¿dónde anda? ¿Dónde quedó? Con su desprecio a Inés Sabanés, ¿quién les presta atención cuando han seguido fieles a sus genes depuradores?

En medio, quizás, llama la atención el duelo de bufones que va a plantear hoy Leo Bassi frente a los teatros del Canal. No creo que Albert Boadella salga a recibirle, pero allí quiere plantarse este rey de la performance con su autobús -en una escala de su recorrido turístico por los escenarios del Gürtel y los espías- a sacarle los colores.

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No deja de asombrar el caso Boadella. Antaño látigo de todas las esferas del poder, resulta increíble como se ha rendido a los brazos del aguirrismo. El mito y la leyenda de Els Joglars se ha quedado en nada. Son el pasado. Él solito ha arruinado una trayectoria histórica, brillante. Resulta patético escuchar al creador del Teledeum defendiendo la llegada de las élites y clamando contra el relativismo. Es decir, comulgando con el axioma papal de Ratzinger.

Me gusta pensar que se han retirado. Él va cacareando que se le persigue -manda huevos para quien dirige un teatro estatal- cuando la realidad es que su público le ha abandonado. Y es difícil que pretenda ahora que llenen sus espectáculos quienes comulgan en esta deriva suya hacia nuevas ideas de la que es muy dueño. Son más fieles a Arturo Fernández que a Els Joglars. Estaremos atentos. ¿Habrá duelo? Tendrá más enjundia que el que estos días nos han dado a derecha e izquierda nuestros candidatos.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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