_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Ecuador electoral

Ensombrecida el miércoles por el terremoto de Lorca, la campaña de los comicios municipales y autonómicos del próximo 22 de mayo cruzó anteayer la línea simbólica que la divide en dos mitades. La estrategia inicial del PSOE para aminorar su presumible derrota en las urnas era poner sordina a las cuestiones de carácter general y circunscribir los temas de discusión a los ámbitos municipal y autonómico. Pero ni siquiera el anuncio -orientado a ese propósito- de que Zapatero no competirá por un tercer mandato ha logrado centrar los debates en los problemas de los municipios de toda España (más de 8.000) y de 13 de las 17 comunidades (País Vasco, Cataluña, Galicia y Andalucía celebran sus comicios por separado) del mapa autonómico. La crisis económica, los casi cinco millones de parados, el temor a un rescate europeo y las repercusiones para la unidad democrática en la lucha antiterrorista de la reciente sentencia del Constitucional sobre Bildu ocupan la atención de oradores y propagandistas.

La corriente de fondo favorable al PP no parece haberse modificado durante la campaña. El impulso cobrado por CiU con su recuperación de la Generalitat en noviembre de 2010 puede transmitirse a los municipios y a las diputaciones donde los socialistas catalanes habían llevado hasta ahora ventaja: la pérdida de la alcaldía de Barcelona, en manos del PSC desde 1979, sería un descalabro para los derrotados. En Andalucía, la suerte de Sevilla capital tal vez anticipe los resultados de las autonómicas andaluzas de 2012.

Abstracción hecha de sus implicaciones jurídico-políticas, la concurrencia a las urnas de Bildu, una coalición soberanista formada por los partidos legales Eusko Alkartasuna y Alternatiba y por candidatos independientes de la izquierda abertzale procedentes del sector de la disuelta Batasuna comprometido formalmente a rechazar la violencia de ETA, transformará el mapa político de los municipios vascos en forma difícilmente previsible. El año 1999, Batasuna sumó 229.000 votos (el 20%) en los comicios para las juntas forales (las diputaciones provinciales), los últimos a los que compareció legalmente.

El 22-M, el nacionalismo vasco radical hará acto de presencia en igualdad de condiciones por primera vez desde aquella convocatoria; durante ocho años tuvo que conformarse con las segundas marcas que lograron eludir el control judicial (EHKA con 150.000 papeletas en las autonómicas de 2005 y ANV en las municipales de 2007) y con los votos nulos depositados por sus partidarios en señal de protesta (entre 100.000 y 150.000) y excluidos de la suma total. Cualesquiera que sean los resultados del domingo, la probable disminución de la abstención gracias a la movilización de Bildu y la segura transformación de las papeletas nulas del pasado en votos válidos a favor de la coalición del polo soberanista reducirían necesariamente los porcentajes correspondientes al PNV, PSE-PSOE, PP y Aralar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_