La creatividad llama al móvil

Durante un año, el español Pere Cortacans sacaba cada día una foto con su móvil e inmediatamente la publicaba en Internet, en el marco de su proyecto 365 days of phone.tography. Las cabezas robóticas de la brasileña Anaisa Franco dialogan intercambiando frases que el público les transmitió gracias a la aplicación Bluetooth de sus teléfonos. El chileno Txolo Toloza utilizó su iPhone para grabarse bailando en los baños de los aviones durante los viajes a los que le obliga su trabajo con la compañía de Roger Bernat. El resultado de la relación de todos ellos con el teléfono se puede ver en la exposición Mobile Art. Experiencias móviles, que se inaugura hoy en la Fundación Godia de Barcelona, dentro de Screen from Barcelona, el programa alternativo de la feria de videoarte Loop.

Como herramienta es más espontáneo y discreto que una cámara de vídeo

La muestra, abierta hasta el 20 de junio, es un recorrido por las expresiones creativas contemporáneas realizadas con y para móviles. "A través de las obras es posible recorrer la evolución técnica de los teléfonos, desde la mala calidad convertida en estética de los inicios hasta la alta definición actual", explica la comisaria, Lorea Iglesias. "Según el cineasta chileno Patricio Guzmán, un equipo de documentalistas debe caber en un coche. En mi caso, todo el equipo debe caber en los bolsillos", asegura Toloza, que el próximo miércoles realizará una actuación para móvil en la propia sala de exposiciones. Herramienta accesible y portátil por excelencia, el teléfono resulta espontáneo y extremadamente discreto, mucho más que una cámara de vídeo. "La pega es que cuando te llaman debes dejar de grabar. Además ofrece la posibilidad de publicar inmediatamente la grabación con la misma herramienta", indica la comisaria.

"Empecé a utilizar el móvil cuando todo esto aún no era posible. Tenía que descargar las fotos en el ordenador y luego colgarlas en mi blog. Ahora utilizo desde hace tres años el mismo aparato con una cámara de tan solo dos megapíxeles", recuerda Castañeda, autor de Micrografías, un proyecto en marcha que, desde 2003, reúne instantáneas que el autor define como "micropostales neo-nómadas, pinceladas de una sociedad desestructurada".

Una sociedad cuyos puntos negros se denuncian en la web de Antoni Abad Megafone.net, que reúne 11 trabajos en los que el artista catalán ha ido dando voz y visibilidad a diversos colectivos. Los primeros participantes de esta atípica red social fueron los taxistas de Ciudad de México, siguieron los gitanos de Lleida y León, los trabajadores sexuales de Madrid, las personas con movilidad reducida de Barcelona y Ginebra, los mensajeros de São Paulo y los refugiados saharauis en Argelia. El proyecto más reciente es Punto de Vista Ciego, una red para invidentes y personas con visión reducida que se basa en un software para teléfonos móviles con GPS integrado y un sitio web que permiten a los participantes grabar y difundir textos, imágenes y sonidos (localizados a través de Google Maps) de obstáculos y barreras arquitectónicas que se encuentran a diario, así como ejemplos de buenas prácticas.