El vicio infantil del dios del amor

La exposición Ignacio Pinazo. El humo del amor, que ayer inauguró el Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) presenta la faceta más sensual y ecológica del pintor valenciano. Y un cuadro, quizá travieso en su época y con toda seguridad políticamente incorrecto iniciado el siglo XXI, centra y da significado a toda la muestra. Pinazo (1849-1916) cambió de rumbo en los últimos años de su vida, tras retirarse a vivir a Godella, y desarrolló una pintura con unos frondosos fondos naturales en los que la fertilidad de la tierra, inspirada en sus jardines, explotaba de una forma tan sensual como las figuras que incluía en sus cuadros, a menudo inspiradas en la mitología. Se aisló de los circuitos artísticos pero experimentó sin renunciar a su estilo unas nuevas formas pictóricas.

La joven del cuadro lleva el vestido de la mujer de 'Bella herida por Cupido'

La obra se mostró por última vez en la Exposición Nacional de 1895

Y de allí surgieron, partiendo de los estilos costumbristas y realistas de la época, unos cuadros influenciados por el impresionismo que presentaban de una "manera irónica y divertida la mitología", según explicó ayer el comisario de la muestra, Francisco Javier Pérez Rojas.

Y de los tesoros de aquella época surge como una reliquia escondida el cuadro Cupido encendiendo un cigarrillo, un cuadro pintado en 1892, mostrado al público únicamente en Madrid en el transcurso de la Exposición Nacional de 1895, donde pasó desapercibido, y después ocultado al público en los fondos de una colección privada. Una obra en la que una bella muchacha enciende un cigarro a Cupido, quizá con el fuego de su pasión puesto que carece de cerilla, y que ahora se exhibe por primera vez en un siglo para dar sentido a la exposición El humo del amor.

El catálogo de una exposición de Pinazo en 2005 mostraba una fotografía en blanco y negro del Cupido... y sus dueños se pusieron en contacto con los expertos. Un paso que permite mostrar ahora su turbadora iconografía. La exposición acompaña este descubrimiento con otros cuadros sugerentes del pintor y numerosos estudios preparatorios. Así, allí se exhiben varios angelitos en distintas posturas, jardines exuberantes, atardeceres con lunas naciendo sobre el mar y hasta bocetos preparatorios del Cupido fumador. Incluso la muestra expone varias fotografías del hijo del pintor posando en posturas luego recogidas en la composición de algunos de los cuadros.

Entre las curiosidades de la muestra, destaca que la joven que prende el cigarro del dios del amor lleva el mismo vestido que luce una mujer en otra de las grandes obras de la exposición, Bella herida por Cupido (1889), un cuadro que muestra tumbada en el suelo a una joven de sensualidad desparramada, extasiada tras ser alcanzada por una flecha del dios, en un trance que adornó durante años la cervecería El León de Oro de Valencia y ahora pertenece al Museo Nacional de la Cerámica y Artes Suntuarias González Martí.

La del IVAM es por tanto una exposición en la que el humo del título oculta la sensualidad, el arrebato amoroso y la entrega anhelante que adornó paredes y decoró techos de palacios de la Valencia de finales del siglo XIX.