30.000 firmas exigen la apertura de fosas comunes para buscar bebes desaparecidos

Francisca Pinto ya desenterró una vez el lugar donde creía que estaba su hija. Pero no estaba. Ocurrió en 1993. Su hija supuestamente había sido sepultada en el cementerio de Cádiz pocos días después de nacer en 1979 en la antigua Residencia Zamacola. Cuando se autorizó la exhumación para el traslado a otro cementerio, Francisca comprobó que su hija no estaba allí. Ahora piensa que nunca lo estuvo porque no murió, sino que la entregaron a otra familia. Es una de las denuncias que la Fiscalía de Cádiz ya tiene como uno de los casos de bebés supuestamente robados en hospitales de la provincia. Ayer Anadir, la asociación que representa a los afectados, presentó 32.700 firmas para reclamar exhumaciones similares en otras fosas comunes de la provincia.

"La única manera de hacerlo es actuar todos juntos. Si vamos persona a persona, no nos dan los permisos", explica la presidenta del colectivo en Andalucía, Rosario Herrera. Esperan el apoyo de la fiscal jefe de Cádiz, Ángeles Ayuso, quien ayer no pudo recibirles por estar en un juicio. "Le hemos entregado estas firmas para que vea que tenemos un importante respaldo. La fiscalía puede acelerar las exhumaciones y hacer que se cree un banco de ADN con el que cotejar los restos de los bebés que aparezcan con el de las familias denunciantes".

Mientras, la Fiscalía de Granada ha archivado por ahora ocho de las 29 denuncias presentadas por posibles casos de niños robados en hospitales granadinos. En términos generales, se debe a que no existe documentación al respecto o es imposible contactar con los supuestos responsables. De las ocho denuncias archivadas, siete corresponden a las que presentó en primer lugar Anadir y otra es de un particular. Las fechas de los posibles robos estarían entre 1953 y 1966. La falta de información impide determinar los posibles delitos y las personas que pudieron incurrir en ellos.