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La muerte de Bin Laden

Pakistán, en el ojo del huracán

Zardari confirma que la operación se hizo sin su conocimiento - El espionaje paquistaní dio a la CIA información sobre la casa de Abbottabad desde 2009

El paso de las horas no despeja las incógnitas que pesan sobre la relación entre Osama bin Laden y las autoridades paquistaníes ni el papel jugado por estas en la operación que acabó con la vida del terrorista internacional. El presidente Asif Ali Zardari, que no ha dado ninguna explicación a su pueblo sobre la actuación de EE UU en suelo paquistaní, aseguró en un artículo publicado en el diario The Washington Post que las fuerzas paquistaníes no participaron en la operación y que las autoridades del país desconocían que el principal enemigo de EE UU se encontraba escondido en una mansión de Abbottabad, a poco más de 50 kilómetros de la capital y a unos cientos de metros de la Academia Militar.

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A su vez, el Ministerio de Exteriores paquistaní emitió un comunicado en el que expresa su "honda preocupación" por la actuación de EE UU, según informa Reuters. "Este hecho de una acción unilateral y no autorizada no puede tomarse como regla", señala el texto. El comunicado pretende zanjar la multitud de declaraciones realizadas a lo largo de ayer sobre la operación por distintos funcionarios públicos: "Ninguna base ni instalación de Pakistán fue utilizada por las fuerzas de EE UU, ni el Ejército paquistaní dio asistencia logística u operacional para las operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de EE UU".

Pakistán y EE UU, pese a la desconfianza que se guardan, mantienen unas muy estrechas y secretas relaciones militares, que cubren desde el entrenamiento hasta la supervisión y el control del armamento nuclear. Incluso, poco antes de que el general Pervez Musharraf colgara el uniforme a final de 2007 para convertirse en un presidente civil, Washington entregó 100 millones para que se instalaran sensores, barreras y otras medidas de seguridad que reforzaran los sistemas de control de los arsenales nucleares. De ahí, que distintos medios señalaran que ese secretismo fue el que facilitó a los helicópteros estadounidenses despegar desde una base en el interior de Pakistán y dirigirse sin interrupciones hasta Abbottabad. El Gobierno paquistaní, sin embargo, apunta que los helicópteros procedían de Afganistán y que alcanzaron su objetivo sin ser vistos utilizando los "puntos ciegos" de los radares.

Colocado en el ojo del huracán por los informes de Washington que indican que Bin Laden residió desde 2005 en esa mansión de Abbottabad, el Gobierno paquistaní indicó que el ISI (Servicio de Inteligencia Interna) "compartió con la CIA y otras amistosas agencias de inteligencia toda la información sobre esa casa desde 2009 hasta mediados de abril".

Amenazado como "objetivo número uno" por los talibanes, Islamabad quiso dejar constancia de su cooperación con Occidente en la lucha contra el terrorismo internacional al subrayar que "es importante destacar que aprovechándose de su muy superior capacidad tecnológica, la CIA ha utilizado los datos de la inteligencia ofrecidos por nosotros para identificar y alcanzar a Osama bin Laden".

Sin embargo, fuentes del todopoderoso ISI, que depende del jefe del Estado Mayor del Ejército paquistaní, general Ashfak Pervez Kayani (quien fue director del ISI hasta sustituir al frente del Ejército a Musharraf), ofrecieron versiones distintas: "Sin nuestra implicación, esta operación no habría sido un éxito", dijo un agente no identificado a Reuters. Por el contrario, otra fuente declaró a la BBC que el ISI se siente "avergonzado" por no haber averiguado antes el paradero de Bin Laden. La fuente contó a la cadena británica que en el año 2003, cuando la mansión se estaba construyendo, fue registrada por agentes del ISI que buscaron inútilmente a Abu Faraj al Libi, supuesto número tres de Al Qaeda. Desde entonces, la casa "estaba fuera de nuestro radar", subrayó.

La mayoría de la prensa paquistaní critica que las autoridades desconocieran el paradero de Bin Laden. "El fracaso de Pakistán en detectar la presencia aquí del hombre más buscado del mundo es más que sorprendente", señala en su editorial el diario en inglés The News.

En su artículo, Zardari dice que es totalmente falso que su país, uno de los más golpeados por Al Qaeda, sea inactivo o no haya atacado a los yihadistas. "Pakistán tiene tantos motivos como cualquier otra nación para despreciar a Al Qaeda", afirma tras criticar a los medios estadounidenses por acusarle de ocultar al líder del terrorismo islámico.

Las voces contra la actuación de EE UU aumentan. "Esto es una afrenta contra una nación de 180 millones de personas", declaró el exdirector del ISI Hamid Gul. "El pueblo de Pakistán está muy molesto con sus militares que nos han vendido a EE UU", añadió. En la sureña ciudad de Karachi, varios cientos de personas se congregaron para rezar por Bin Laden, a quien Lashka e Toiba, la organización radical que lucha por la liberación de Cachemira, calificó de "mártir del islam".

Islamistas paquistaníes participan en un funeral por Bin Laden, ayer en Karachi.
Islamistas paquistaníes participan en un funeral por Bin Laden, ayer en Karachi.ATHAR HUSSAIN (REUTERS)

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