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Ola de cambio en el mundo árabe

El Ejército sirio ataca con tanques el primer foco de la revuelta

En el asalto a la mezquita de Omari, en Deraa, intervinieron helicópteros

Enric González

El Ejército sirio utilizó ayer helicópteros, tanques y artillería para tomar la mezquita de Omari, en el casco antiguo de Deraa, donde se cobijaban decenas de personas. El asalto se saldó con seis muertos, según activistas locales. Deraa permanecía incomunicada y bajo un clima de terror. El régimen de Bachar el Asad parecía dispuesto a convertir la ciudad en un ejemplo de su voluntad de reprimir las revueltas a cualquier precio.

Activistas locales dijeron, a través de teléfonos vía satélite (las líneas terrestres y los móviles no funcionaban), que los soldados iniciaron el ataque al amanecer. Varios helicópteros descolgaron tropas sobre el tejado de la mezquita, mientras los tanques y la artillería disparaban contra las puertas y ventanas del edificio. Abdulá Abazeit, residente en Deraa, explicó a la agencia AP que entre los muertos figuraban Osama Ahmad, hijo del imán de la mezquita, y tres mujeres, una madre con sus dos hijas, que vivían en una casa contigua al templo y fueron alcanzadas por disparos de artillería. Abazeit aseguró que no había gente armada en el interior de la mezquita.

Los activistas cifran en 600 las víctimas civiles desde el inicio de la protesta
Las ciudades de Deraa y Duma siguen sitiadas e incomunicadas

El asalto militar a la mezquita de Omari fue simbólico, porque en ella nació el primer foco de la revuelta. A principios de marzo, 15 adolescentes de Deraa fueron detenidos y golpeados por escribir en una fachada una frase que habían escuchado repetidamente por televisión durante la revolución egipcia ("el pueblo quiere la caída del régimen"), y el hecho indignó a un grupo de vecinos, que se reunieron en la mezquita para redactar un documento de protesta. Al día siguiente se manifestaron. El gobernador de Deraa fue cesado posteriormente, pero esa manifestación, insólita en un país tan controlado y atemorizado como Siria, provocó una reacción en cadena que se extendió a otras ciudades. La durísima represión gubernamental causó víctimas mortales, lo que incrementó la ira popular. El mecanismo acción-represión-acción ya no se detuvo.

El viernes fue otra jornada de violencia brutal. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización con sede en Londres, dijo que el viernes murieron 65 personas por disparos de la policía y el Ejército, e hizo el siguiente desglose: 36 en Deraa y su provincia, 27 en Homs y su provincia, una en Latakia y otra cerca de Damasco. La misma organización contabilizaba 535 civiles muertos desde el inicio de la revuelta, a los que había que añadir los registrados ayer.

Deraa, junto a la frontera jordana, y Duma, una ciudad cercana a Damasco, permanecían tomadas por el Ejército e incomunicadas. No se podía entrar o salir de ellas, la electricidad y los teléfonos estaban cortados y escaseaban el agua y los alimentos. En otras ciudades, como Homs y Banias, los tanques habían empezado a retirarse y la situación se normalizaba, según residentes locales, aunque soldados, policías y shabiha (milicias civiles armadas por el régimen) seguían controlando las calles y deteniendo a presuntos opositores.

La versión del Gobierno de Bachar el Asad era radicalmente distinta a la ofrecida por los activistas y por las personas que lograban salir del país. El Gobierno culpaba de los disturbios y las muertes a bandas islamistas que fomentaban una sublevación, y aseguraba que el número de soldados y policías muertos en choques con los "terroristas" iba en aumento.

Los activistas que intentaban coordinar a través de Internet las manifestaciones en las distintas ciudades sirias anunciaron que a partir de hoy comenzaría otra oleada de marchas, destinadas a culminar el viernes con otra protesta generalizada a la salida de las mezquitas. Los mismos activistas dijeron que los disparos de soldados y policías ya no atemorizaban a los ciudadanos sino, al contrario, estimulaban su furor contra el régimen.

Llegada de un tanque del Ejército sirio y soldados a Deraa, en una imagen de televisión.
Llegada de un tanque del Ejército sirio y soldados a Deraa, en una imagen de televisión.EFE / AL ARABIYA

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