El juicio más largo de la historia
El tribunal y la fiscalía calculan que la vista oral del 'caso Malaya' se extenderá hasta finales de 2012 - La redacción de la sentencia llevará otros seis meses
El macroproceso del caso Malaya, la gran causa contra la corrupción en Marbella, va camino de batir un récord indeseado por todos: el del juicio más largo de la historia de España. La vista oral, que arrancó el 27 de septiembre de 2010, estaba previsto inicialmente que terminara a finales de este año. Sin embargo, tanto la Sección Primera de la Audiencia de Málaga como la Fiscalía Anticorrupción coinciden en calcular que el proceso contra el exasesor urbanístico marbellí Juan Antonio Roca y sus 94 -otra plusmarca- compañeros de banquillo durará entre dos años y dos años y medio, con lo que difícilmente acabará antes de finales de 2012. A este plazo habría que añadirle un periodo "no inferior a seis meses" para que el tribunal, presidido por el magistrado José Godino, redacte la sentencia.
Las sesiones durarán más que las dedicadas a la matanza del 11-M
La Audiencia de Málaga cree "insostenible" un proceso tan largo
De confirmarse este plazo, el enjuiciamiento del caso Malaya superaría con amplitud otros juicios célebres como el de la intoxicación masiva por el aceite de colza (1987), que duró 15 meses, o el juicio por la matanza del 11-M en Madrid (2007), que duró cuatro meses y medio. También dejará atrás a otro macroproceso histórico de la Costa del Sol: el del caso Intelhorce, sobre irregularidades en la gestión de esta fábrica textil malagueña tras su privatización, que se prolongó durante 16 meses. En este caso, que se inició en 1998 con 39 acusados, el juicio debió repetirse desde el principio ya que tras las vacaciones de verano de 1999 uno de los magistrados del tribunal se había jubilado.
El pasado jueves, el presidente de la Audiencia Provincial de Málaga, Francisco Javier Arroyo, alertó de que la duración del juicio era "insostenible desde el punto de vista organizativo", ya que para poder celebrar el juicio del caso Malaya -cuyos magistrados se dedican a este asunto casi en exclusiva- ha habido que reforzar la Sección Primera. Arroyo solicitó a las acusaciones y las defensas que agilicen las sesiones -ya se han celebrado 44, a razón de tres por semana-, acelerando los interrogatorios y, si es posible, renunciando a la práctica de pruebas que no sean estrictamente necesarias.
Para hacer más gobernable un sumario de decenas de miles de folios, el tribunal acordó dividir el juicio en varios bloques en función de los delitos estudiados. Para empezar a rodar se eligió un asunto con pocos procesados y bastante acotado -el pelotazo inmobiliario de la llamada operación Crucero Banús, por la que Roca y sus socios se embolsaron seis millones de euros tras una recalificación urbanística- . Ahora se enjuicia el segundo bloque, sobre el entramado principal de blanqueo del exasesor. La previsión es que este tramo, junto con el tercero, también dedicado al blanqueo a través de inversiones en obras de arte y otros bienes, termine antes de las vacaciones de agosto, de modo que en otoño se pueda iniciar el cuarto bloque, dedicado a los delitos de cohecho.
La duración de este tramo del juicio, con más de 30 procesados, entre empresarios que supuestamente pagaron sobornos a Roca y concejales que cobraron a cambio de resoluciones favorables al que fue mano derecha del fallecido alcalde Jesús Gil, resulta muy complicado de determinar. Tras él, se prevé analizar los negocios en común de Roca con otros empresarios con intereses en Marbella. El resto de bloques del caso Malaya, como el cohecho de la empresa de autobuses Portillo o la tenencia de armas del exjefe de la Policía Local Rafael del Pozo, todavía no está previsto en qué orden se van a enjuiciar, según fuentes del tribunal.
La división en bloques ha permitido que los 95 procesados no tengan que permanecer en la sala durante todo el tiempo que dure el juicio. Sin embargo, ha tenido como efecto perverso que algunos testigos y pruebas practicadas se van a repetir en cada uno de los bloques. Es el caso de las declaraciones de los policías que investigaron el caso, que en el segundo bloque ya indicaron que algunas preguntas ya las habían contestado en el anterior. Y todo parece indicar que tendrán que contestarlas de nuevo en el siguiente.
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