El director de la CIA relevará a Gates al frente del Pentágono
El general Petraeus deja Afganistán para dirigir la Agencia Central de Inteligencia
Barack Obama se dispone a hacer una importante remodelación en la cúspide de su equipo de seguridad, con el nombramiento del actual director de la CIA, Leon Panetta, como nuevo secretario de Defensa, y del general David Petraeus, jefe de las operaciones en Afganistán, al frente de la agencia de espionaje. Son relevos que traerán distintos estilos de mando, pero no cambios significativos en la política exterior.
Panetta sustituirá, según han confirmado a la prensa norteamericana fuentes oficiales, a Robert Gates, cuya salida, hacia mitad de la gestión de este Gobierno, estaba prevista desde que aceptó mantener con Obama el cargo que ya ocupó durante los últimos años de la Administración de George Bush. La decisión de situar a Petraeus en el hueco que deja Panetta responde, principalmente, a la voluntad del presidente de mantener cerca a un militar cuyas recomendaciones se consideran muy valiosas en la Casa Blanca.
Panetta sale de la CIA para pilotar el recorte de gastos impuesto en Defensa
No es la primera vez que se nombra a un militar como jefe de los espías
Petraeus debía dejar sus responsabilidades en Afganistán este verano, que será el momento en el que los relevos, que probablemente serán anunciados hoy por Obama, se harán efectivos. No se conoce aún el nombre del militar que asumirá la conducción de esa guerra, pero se baraja el del general John Allen, que ha tenido responsabilidades de mando en Irak. También se ha anticipado que el presidente pretende reforzar el ángulo político de la misión en Afganistán con el nombramiento como embajador en ese país de Ryan Crocker, quien ya destacó en una posición idéntica en Irak.
Todos estos movimientos implican a figuras veteranas y de amplio conocimiento de los entresijos de la Administración, lo que hace pensar que Obama quiere apostar por valores seguros que le den consistencia a su política exterior en un momento en el que debe procederse al inicio de la retirada de Afganistán y hacer frente a una compleja situación en todo Oriente Próximo.
Aunque anticipada, la salida de Gates es la que mayor influencia podría tener en la estrategia de los próximos meses. Gates ha demostrado ser un hombre eficaz y prudente que se llegó a convertir en uno de los personajes más influyentes en Washington. Hizo un gran tándem con la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y Obama descargó en ambos, la mayoría de las veces, el peso de las grandes decisiones. Gates es, por ejemplo, uno de los principales artífices de la estrategia que llevó a aumentar el número de tropas en Afganistán y a fijar para julio la fecha de retirada. Más recientemente, su opinión fue determinante para que la intervención militar norteamericana en Libia fuera tan limitada y específica como ha resultado. Entre las últimas crisis, Obama solo se ha apartado ligeramente de los consejos de la pareja Gates-Clinton en el caso de Egipto, donde la Casa Blanca impuso una línea más crítica contra Hosni Mubarak.
Gates, además, había conquistado un gran prestigio entre los militares y ha servido eficazmente como puente entre el presidente y un colectivo difícil e imprescindible en el desarrollo de la política exterior. Panetta tendrá que ganarse aún la confianza de sus subordinados de uniforme, pero su llegada al Pentágono garantiza, en principio, la continuidad de un mando prudente. Panetta ha pasado ya por diversos cargos públicos durante esta Administración y la de Bill Clinton, y siempre resultó ser un hombre seguro en cuyas manos se pueden dejar con tranquilidad asuntos de gran trascendencia. Es, además, un experto en asuntos financieros, lo que puede resultar decisivo para un secretario de Defensa entre cuyas funciones estará la de recortar el gigantesco presupuesto del departamento que dirigirá.
Después de muchos años turbulentos, la CIA ha ganado serenidad y prestigio con el paso de Panetta. Será labor de Petraeus consolidar ese camino. La presencia de un militar en la dirección del servicio secreto no es insólita, pero sí representa una circunstancia a tener en cuenta, particularmente en un momento en que muchas de las actividades de la CIA se producen en zonas en las que también combate el Ejército norteamericano.
Petraeus permite confiar, al mismo tiempo, en una fácil ratificación por parte del Senado, donde debe votarse tanto su nombramiento como el de Panetta. Cualquier cosa que hoy exija pasar por el Congreso constituye un dolor de cabeza para Obama, pero en este caso, Petraeus y Panetta -especialmente el primero- parecen todavía figuras por encima de la lucha política cotidiana.
RELEVOS EN LA CÚPULA DE LA ESTRUCTURA DE SEGURIDAD DE EE UU
John Allen
- El teniente general John Allen se perfila como el militar que sustituirá a Petraeus
al mando de las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán.
- Desde julio de 2008 es el segundo comandante del Mando Central de EE UU, la unidad militar que cubre Oriente Próximo. Entre 2006 y 2008 tuvo cargos de mando en las operaciones en Irak.
David Petraeus
- David Petraeus, de 58 años, previsible sucesor de Panetta en la CIA, es
el estratega militar que sacó a Irak de la espiral de violencia en la que el país se hundió tras la invasión de 2003.
- Obama le entregó el mando de las operaciones en Afganistán en junio de 2010. El general Petraeus es considerado un sólido candidato a presidente.
Leon Panetta
- Leon Panetta, de 72 años, nuevo jefe del Pentágono, es una prominente figura del Partido Demócrata desde los años noventa, cuando Bill Clinton le eligió como jefe de la Oficina de Presupuesto.
- Barack Obama le nombró director de la CIA en febrero de 2009. Desde ese cargo, impulsó los bombardeos contra feudos talibanes en las zonas tribales de Pakistán.
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