La Generalitat baraja la emisión de 800 millones en bonos patrióticos

El Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) negocia con una veintena de entidades financieras las condiciones de una nueva emisión de 800 millones de euros en bonos patrióticos dirigidos a particulares, según adelantó el jueves el diario Expansión. Un portavoz oficial evitó confirmar los detalles de la operación, pero no la desmintió.

La emisión se produciría en dos tramos de 500 millones de euros a un año, con un interés del 4,25%. Un segundo tramo de 300 millones de euros se vendería a dos años, con un interés del 4,75%.

En ambos casos, las entidades financieras encargadas de distribuir el producto cobrarían una comisión del 1% por asegurar la emisión y otra del 1,4% por colocarla. La Generalitat pagará, pues, una prima del 6,65% a un año y del 7,15% a dos años.

En diciembre ya se vendieron 1.500 millones de euros entre particulares

El Consell recurrió a finales del año pasado a la fórmula de los bonos patrióticos para obtener 1.500 millones de euros. Los bonos se vendieron a un año con un interés del 4,75%. Las entidades que los distribuyeron cobraron entonces una comisión del 3%. El coste de los bonos para las arcas de la Administración autonómica valenciana se elevó entonces al 7,75%.

La Generalitat de Cataluña estrenó las emisiones dirigidas a particulares en otoño pasado, cuando los mercados institucionales convencionales estaban cerrados para las emisiones de deuda regional.

Cataluña ha vuelto a recurrir a la misma fórmula este año con una emisión que aspira a cerrar con la venta de 3.300 millones de euros.

El Consell vendería la emisión en participaciones a partir de 1.000 euros a partir del próximo mes de mayo si logra pactar las condiciones con las entidades financieras que la distribuirían entre sus clientes. La inversión máxima por cliente se cifra en dos millones de euros.

La Caixa fue la entidad que más éxito tuvo al vender bonos patrióticos de la Generalitat Valenciana en diciembre del año pasado.

Las tensiones financieras que sacuden las arcas de la Generalitat Valenciana son evidentes. La caída de ingresos como resultado de la crisis económica provocan una falta de liquidez que repercute en la creciente morosidad de la Administración autonómica.

A lo largo de 2010, desde que se produjo en febrero el rescate de Grecia por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional ante la incapacidad del Estado heleno para afrontar sus compromisos de deuda, los mercados institucionales convencionales evitaron correr cualquier riesgo con la compra de deuda de las comunidades autónomas.

En octubre, el Consell tuvo que forzar a las dos grandes cajas valencianas, Bancaja y la CAM, a comprar a partes iguales una emisión de 1.000 millones de euros al 4,75% a un año para obtener algo de liquidez.

A final de año, optó finalmente por la primera emisión de bonos patrióticos para captar fondos de ahorradores particulares.

Hace apenas diez días, el IVF anunció la venta de una emisión de deuda de la Generalitat de 400 millones de euros en los mercados convencionales. La emisión se vendió a dos años con un tipo de interés del 5,5%.

"El éxito de esta emisión viene a confirmar la solvencia de la Generalitat Valenciana", se apresuró a celebrar una nota de prensa oficial, "así como la confianza mostrada por los inversores, tanto nacionales como extranjeros, en nuestra gestión. La colocación refleja la paulatina apertura de los mercados institucionales para la deuda autonómica, tras un largo periodo en el que han permanecido prácticamente cerrado".

La decisión del IVF de volver a negociar con entidades financieras una nueva emisión de bonos patrióticos demuestra que los mercados vuelven a ser reticentes ante las emisiones de deuda autonómica.

La deuda de la Generalitat Valenciana alcanzó los 17.600 millones de euros en diciembre pasado, según los últimos datos difundidos por el Banco de España. La Comunidad Valenciana arroja el mayor porcentaje de deuda en relación a la riqueza regional entre todas las comunidades autónomas. En diciembre pasado, la deuda autonómica representaba el 17,2% de la riqueza regional.

El Consell ha evitado, por el momento, drásticos recortes de gasto, pero serán inevitables. Aunque difícilmente antes de las elecciones autonómicas.