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Barcelona recibirá 31.000 'cruceristas' el 20 de agosto

Cada turista de crucero gasta unos 100 euros en Barcelona

Cristina Delgado

Barcelona en la década de 1990 casi no sabía lo que eran los cruceros. El año de los Juegos Olímpicos, 1992, solo 132.807 turistas llegaron a la capital catalana con un viaje organizado en barco. En el año 2000 la ciudad ya era toda una experta y recibía cinco veces más cruceristas. Lejos quedan ya esas cifras: el año pasado tomaron un crucero o hicieron una escala 2,3 millones de personas. En solo 10 años, este tipo de turismo se ha disparado el 260%.

"Es una industria madura, que se ha mantenido muy bien a pesar de la crisis", justifica Sixte Cambra, presidente del Puerto de Barcelona. Este año esperan pulverizar de nuevo todos los récords. El mes de agosto, si las previsiones se cumplen, apuntarán una nueva marca: el puerto recibirá en un solo día, el 20 de agosto, a 31.070 pasajeros de cruceros. Bajarán por turnos, dispuestos a pasear por La Rambla.

Barcelona es el cuarto puerto del mundo con más actividad de cruceros, solo por detrás de los tres puertos de Florida (Estados Unidos). Es, por tanto, el primero de Europa y del Mediterráneo. Los más de 2,34 millones de viajeros que hicieron una escala en crucero (o comenzaron uno desde Barcelona) se gastaron en la ciudad cerca de 260 millones de euros, según cifras de Turismo de Barcelona. Esto se traduce en que los cruceristas desembolsan en la ciudad cerca de 100 euros cada uno de media.

Los que embarcan en la capital suelen tener un dispendio algo más elevado, cercano a los 121 euros, porque si llegan de fuera de Cataluña hacen noche en la ciudad antes de tomar el barco. Los que solo hacen escala, el 45%, gastan cerca de 90 euros. El gasto, según aseguró ayer el presidente del Puerto de Barcelona, lo destinan los viajeros sobre todo a tiendas y restaurantes.

Horas en la ciudad

En comparación con un turista estándar, que de media gasta unos 800 euros en la ciudad (según cifras del Ministerio de Industria), es un gasto ajustado, porque el turista estándar que visita Cataluña pasa de media una semana. El crucerista, en cambio, pasa unas horas o en el mejor de los casos una o dos noches antes de embarcar. Si el crucero está en marcha, tienen incluida en el barco la pensión completa.

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Para aumentar su capacidad para acoger cruceros, el puerto de Barcelona ha ido mejorando continuamente sus infraestructuras. En 10 años ha recibido inversiones por valor de 102 millones de euros, casi el 90% de las cuales han corrido a cargo de empresas privadas.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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