"No sé por qué Ferrari va tan mal"
Alonso resume el desconcierto italiano: "El problema no es la estrategia; el coche es lento"
No hay imagen que defina mejor el chasco de Ferrari en este primer tramo del campeonato que la cara de Fernando Alonso en el circuito de Shanghái, nada más bajarse del F150º Italia, un monoplaza con el que se dio un hartón de rodar en la pretemporada y que, como repite una y otra vez el español, es muy fiable. También lento. Los técnicos de La Scuderia están completamente desorientados porque no atinan a adivinar qué le ocurre al coche, y no hay nada peor en esta disciplina que ir más despacio que los demás y, encima, no saber por qué.
La prueba en Malasia de la semana pasada dio una bocanada de aire a la marca de Maranello y a su primer piloto, que reconoció estar contento con el rendimiento en carrera, por más que en la cronometrada quedara a un mundo de los Red Bull. En China, la eliminatoria del sábado fue mal y la carrera, peor. Esta vez falló todo: el coche, el piloto y el equipo.
Alonso ocupa la quinta posición del campeonato, a 42 puntos de Vettel, el líder, y es el primer clasificado de los que no corren ni para Red Bull ni para McLaren, que son los dos contendientes más en forma. El problema para Ferrari es que Nico Rosberg ha dado muestras del paso adelante dado por Mercedes, lo que complica más las cosas al constructor italiano. El bólido rojo no está a la altura que se espera de él, y la cosa aún se pone más cuesta arriba si el asturiano arranca de forma calamitosa como ha hecho hasta ahora. En Melbourne se quedó encerrado al llegar a la primera curva y perdió cuatro posiciones, y en Malasia fueron dos, las mismas que ayer.
Embutido entre el pelotón, la fragilidad del Ferrari y un error en la estrategia -enfiló dos veces los talleres cuando la fórmula más resolutiva pasaba por hacerlo tres-, le dejaron tirado en tierra de nadie, ocho vueltas detrás de Schumacher hasta que consiguió adelantarle (vuelta 25), y a merced de los más rápidos, que apenas se inmutaron cuando le sobrepasaron.
"Mi salida fue malísima porque los neumáticos me patinaron demasiado y Felipe me pasó. Al llegar a la primera curva casi me adelanta también un Force India", dijo Alonso. "El problema no ha sido la estrategia, sino que el coche es lento. Si eres lento, aunque hagas una parada, dos o tres, las cosas no cambian demasiado. No perdí el podio por la estrategia. Tuve suerte de terminar el séptimo. Webber habría hecho podio con una parada, con dos o con tres", añadió el de Oviedo.
"Hay que trabajar de cara a Turquía [8 de mayo], pero sabemos que los demás tampoco se van a dormir. Hay que mejorar el coche y llegar al fondo del problema, aunque tampoco creo que allí vayan a cambiar mucho las cosas", ahondó el asturiano. "Debemos aceptar que estamos por detrás, trabajar y ser humildes", sostuvo Alonso, cuyo testimonio certificó la desorientación de su equipo: "No tengo ni idea de por qué el Ferrari ha ido tan mal aquí y fue tan bien en Malasia". "El campeonato no ha comenzado de la forma que hubiéramos querido", terció después Stefano Domenicali, el jefe. "Tenemos que trabajar mucho, especialmente en la aerodinámica, porque sabemos que estos problemas no se arreglarán solos y porque nuestros rivales no se quedarán sentados", zanjó el italiano, en un discurso calcado al de hace una semana, en Malasia, y al de hace tres, en Australia.
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