Proyectos sin concretar
En Castellón se han presentado más de 15 proyectos de campos de golf en los últimos tres lustros. Sin embargo, la provincia no cuenta con nuevas instalaciones desde hace más de diez años. El boom urbanístico provocó una oleada de proyectos con urbanizaciones, instalaciones hoteleras y servicios para el ocio que, entre otras cosas, sirvió de argumentario para construir un aeropuerto en la provincia.
Las ferias de promoción turística añadían, año a año, nuevos proyectos. Todos los municipios querían tener campo de golf, instalaciones que se plantearon como la panacea del turismo de calidad y la desestacionalización del sector. Pero de la misma manera, los proyectos han ido desapareciendo.
El 'boom' del ladrillo propició un aluvión de propuestas ahora paradas No se han construido nuevas instalaciones en la última década
Mientras en Alicante y Valencia se iban aprobando proyectos, al igual que en Tarragona, el Consell solo dio el visto bueno a las propuestas presentadas para Xilxes, Burriana, Sant Jordi, San Rafael y Torreblanca y, en la mayoría de los casos, lo ha hecho en los últimos años, cuando la crisis ya había hecho mella en la construcción y los empresarios ya habían comenzado a abandonar sus previsiones. Así, tras la aprobación, apenas alguno de ellos ha iniciado las obras y ninguno las ha finalizado. Ahora, tanto Ayuntamientos como empresarios admiten que, en muchos casos, lo mejor es que ni siquiera se aprueben, ya que no habría posibilidad para ejecutarlos.
El presidente de la Diputación, Carlos Fabra, confió en que con Juan Cotino como responsable de Medio Ambiente el Gobierno valenciano aceleraría el visto bueno a los proyectos al considerar que su antecesor, José Ramón García Antón, era excesivamente estricto con las condiciones que debían reunir los proyectos para su autorización ambiental. Fabra incluso llegó a plantear "los jueves de Cotino", reuniones que habían de mantenerse una vez a la semana para abordar, cada día, una propuesta diferente. Pero aquello tampoco resultó.
Algunos campos de golf aprobados han contado con el informe negativo de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que entiende que los proyectos y previsiones no garantizan los recursos hídricos necesarios para su mantenimiento. Sin embargo, el carácter no vinculante de estos informes no impidió que el PP responsabilizara al Gobierno central de la paralización de las propuestas. Además, en el caso de otros proyectos, la construcción de desaladoras ha sido clave para la garantía de los recursos hídricos.
El hecho es que Castellón cuenta con tres campos: El de El Grao, de titularidad pública e inaugurado en los años sesenta; el de La Coma (Borriol), privado y presidido por Carlos Fabra, abierto cerca de los ochenta; y Sant Jordi, que se puso en marcha en 1995.
Entre los pendientes, el más antiguo es el del PAI Benicàssim Golf, que empezó a tramitarse, con gran polémica, en 1999, aún no se ha iniciado y que aún sirve como lanza en la batalla política, también en estas elecciones.
Entre los que tampoco han conseguido iniciar las obras, los más destacados son el de Santa Bárbara, en Burriana, avalado por Sotogrande, y el de Marina d'Or Golf, ubicado en la macrourbanización diseñada entre Oropesa y Cabanes. El grupo, que logró la aprobación del Consell a este macroproyecto, anunció que la ejecución se iniciaría por los campos de golf (el diseño inicial contemplaba hasta tres), mientras que el soporte residencial se dejaba en manos de las construcciones que Marina d'Or aún tiene sin vender en Oropesa.
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