Un vecino de Alcalá muere apuñalado en una discusión

La tranquilidad de la madrugada quedó rota ayer en Alcalá de Henares. Una discusión y una reyerta en una vivienda baja terminaron con una persona muerta a cuchilladas, Óscar M. V., de 25 años, y sus dos supuestos homicidas detenidos instantes después, gracias a la llamada de un vecino que alertó a la policía, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid. El alcohol y la droga parecen estar detrás de la riña que desencadenó este crimen, que eleva a 15 las muertes violentas registradas en la región en lo que va de año.

Los hechos ocurrieron a las 3.30 de ayer en una vivienda en el número 8 de la calle de Nuestra Señora de la Esperanza, en el distrito 4, en una zona próxima a la carretera de Alcalá-Loe-ches. Los vecinos oyeron una fuerte discusión, con golpes incluidos. A esa hora salieron de la vivienda dos mujeres y llamaron a los vecinos, pero enseguida regresaron a la vivienda. Cuando algunos residentes se asomaron, vieron a las dos manchadas de sangre. Una de ellas iba sin ropa en la parte de arriba. Junto a ellas, tirado en el pasillo de la casa, estaba Óscar M. V. en medio de un gran charco de sangre.

Un arrestado llevaba una navaja ensangrentada cuando huía

Los vecinos llamaron de inmediato al 091, el teléfono de emergencias de la Policía Nacional. Los primeros coches patrulla de la comisaría de Alcalá llegaron cuando una pareja que había ido a visitar a los dueños salía de la vivienda. Él esgrimía aún una navaja ensangrentada. Tras comprobar que el propietario había fallecido, los policías arrestaron a la pareja. Se trata de Ángel V. O., de 35 años, y María del Pilar B. A., de 40.

Según una portavoz de Emergencias 112, la víctima presentaba diversas heridas de armas blancas por todo el cuerpo. Sanitarios del Summa certificaron su muerte sin manipular el cadáver. Los facultativos también atendieron de heridas y cortes en los brazos a los dos detenidos. La mujer del fallecido fue trasladada al hospital Príncipe de Asturias para ser atendida de una crisis de ansiedad. "Le puse una chaqueta a la mujer que no sabía ni lo que había pasado. Estaba como en otro mundo", resumió la vecina Carmen Serrano.

"Por la tarde estuvieron dando problemas. Hubo mucha movida y no sabemos por qué", explicó Serrano. Otra vecina afirmó que oyó muchos ruidos y golpes durante toda la noche y que no quiso ni asomarse a la calle por miedo. A mediodía de ayer la entrada a la vivienda estaba llena de manchas de sangre y con la puerta precintada.

El fallecido y su compañera vivían desde hace unos dos años en la casa, que es propiedad de los abuelos de ella. Tienen una hija de unos ocho meses. Los vecinos aseguraron que ninguno de los dos tenía trabajo y que eran frecuentes las discusiones dentro de la pareja.