El preso más antiguo de ETA deja la cárcel
Sagarduy fue increpado por un grupo de víctimas y aplaudido por 'abertzales'
José María Sagarduy, alias Gatza, el preso más antiguo de ETA, salió ayer de la prisión provincial de Jaén tras cumplir su condena de 30 años y nueve meses. Gatza, conocido en el mundo abertzale como el Nelson Mandela vasco, por su larga estancia en prisión, se encontró a su salida con un amplio dispositivo policial por las dos concentraciones que se habían convocado. A un lado, una treintena de simpatizantes abertzales llegados desde Amorebieta, que le vitorearon y lanzaron proclamas a favor de la reagrupación de los presos etarras. Enfrente, una veintena de miembros de la Asociación Voces contra el Terrorismo, que lidera el expresidente de la AVT Francisco José Alcaraz, que no cesaron de insultar a Gatza y a los que le apoyaban.
La fuerte presencia policial -más de un centenar de agentes de unidades especializadas de Madrid- evitó incidentes en las concentraciones, que se disolvieron cuando Gatza abandonó la prisión acompañado de varios familiares. La Guardia Civil escoltó el vehículo hasta que abandonó la provincia; miembros de Voces contra el Terrorismo siguieron a los coches para evitar que se hiciera cualquier acto de homenaje al ya expreso de ETA.
El juez Fernando Grande-Marlaska había prohibido los actos de homenaje convocados en la prisión, al igual que el previsto el próximo sábado en Amorebieta. "Es muy triste que tengamos que ser las víctimas del terrorismo las que denunciemos estos actos y no lo haga de oficio la fiscalía", se lamentaba Alcaraz.
Gatza entró en la cárcel con 22 años y la abandona a punto de cumplir 53, tras pasar más de la mitad de su vida en prisiones de Madrid, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Baleares y Andalucía. Detenido el 10 de julio de 1980, a lo largo de estos años se ha convertido en un símbolo del mundo proetarra. Su estancia en prisión se prolongó tras protagonizar un intento de fuga de la cárcel de Granada el 6 de marzo de 1993, cuando tenía 35 años. Ha formado parte del colectivo más ortodoxo de presos etarras, lo que le ha mantenido en penales alejados del País Vasco. Sobre sus espaldas recaen dos asesinatos, los de Juan Cruz Hurtado y José María Arrizabalaga en 1978. Fue detenido por la Guardia Civil dos años después, cuando formaba parte del comando Bizkargi. Ya en la cárcel, en 1990 fue condenado también por agredir a un funcionario de la prisión de Sevilla y tres años más tarde por intentar fugarse de la de Granada. Estas dos acciones, juzgadas como delitos no conexos con los de terrorismo, son las que en la práctica le han convertido en el recluso más antiguo de ETA.
La tensión que a primeras horas de la mañana se vivió en Jaén se reprodujo por la tarde en Euskadi, aunque sin incidentes, a la llegada de Gatza a su Amorebieta (Vizcaya) natal. Aunque la manifestación de recibimiento había sido prohibida por el Gobierno vasco, medio millar de personas se concentraron para contemplar la llegada del preso, que saludó y brindó desde el balcón de su casa, espoleado. Un amago de intervención por parte de la Ertzaintza dispersó a la muchedumbre.
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