_
_
_
_
_
Reportaje:

Tras Nadal, el caos

El número uno arrolla a Nieminen y Verdasco se despide ante Robredo en Montecarlo

A los cinco minutos de partido, el público que se cobija bajo las pamelas y los sombreros en la pista central de Montecarlo rompe a aplaudir: el finlandés Jarkko Nieminen ha ganado su primer punto del encuentro. Rafael Nadal, su rival, ya le aventaja por 2-0. Es el debut del número uno en la gira de tierra, donde defiende 5.000 puntos, el récord de haber conquistado los cuatro grandes de arcilla en 2010 (Montecarlo, Roma, Madrid y Roland Garros) y la posibilidad de ganar su séptimo título seguido en el Principado. El mallorquín, pura lógica, actúa con la destreza de quien conoce el camino: doble 6-2 en un suspiro. Después de que el titán vuelva a pisar su reino, sin embargo, el caos toma la tierra.

"He jugado mucho mejor de lo que me entrenado", dice el balear
Almagro supera cuatro bolas de partido para imponerse al chileno González

Sobre el albero, cubiertos los calcetines de polvo rojo, Fernando Verdasco se empieza a despedir (6-4 y 6-3) de su puesto entre los 10 mejores ante Tommy Robredo: por sexta vez en nueve torneos de 2011, el madrileño se marcha a las primeras de cambio. Frente al mar, Nicolás Almagro, que ambiciona un puesto en esa elite de los diez elegidos, grita, pega y muerde, mientras Máximo Machi González, le cita con el abismo: el número 12 solo logra la victoria (6-7, 7-5 y 7-6) tras superar cuatro bolas de partido, y se regala un enorme plato de pasta, como la murciana plaza de La Redonda, dice, para recuperarse. Y precisamente ahí, en un territorio inhóspito, duro para todos, de lento y paciente masticar de puntos, el británico Andy Murray vence 6-1 y 6-4 al checo Stepanek. ¿Qué tiene de caótico que el número cuatro venciera al 70? Pues que Murray, ya sin Alex Corretja en su equipo de asesores, llevaba sin vencer un partido desde que cedió ante el serbio Novak Djokovic en la final del Abierto de Australia.

La tierra, con sus botes impredecibles y sus larguísimos peloteos, convocó a lo inesperado en los partidos de los mejores, que vuelven a la superficie tras meses de cemento. "Y es que pocas veces", explicó Nadal; "empiezas en un cambio de superficie en el que llevas 11 meses sin jugar y te sientes perfecto". "Los entrenamientos no han sido fáciles", continuó. "He jugado mucho mejor de lo que me he entrenado durante la semana. Eso es muy buena señal. En el revés tengo que apoyarme un poco más adelante si quiero tener opciones".

El español sigue su hercúlea tarea de primavera hoy (no antes de las 11.30, Teledeporte) contra el francés Gasquet. Nadal ha ganado 25 partidos seguidos sobre arcilla. Eso pesará más en el ánimo de Gasquet que en las esperanzas del mallorquín, que le ha ganado siempre (7-0). Para Nadal, cruzarse con su viejo rival de las categorías inferiores tiene otro significado. Es un sinsabor, como enfrentarse a un mal recuerdo. Contra él, allá por 2003, cuando eran unos críos, firmó, lesionado, una de sus pocas retiradas (San Juan de Luz). Aquello fue en cemento. Esto, en tierra: el ogro vuelve a pisar su reino.

Segunda Ronda: D. Ferrer-F. López, 6-2 y 6-0. G. Simon (Fra.)-A. Montañés, 6-3 y 6-4. Hoy: M. Raonic (Can.)-D. Ferrer (Teledeporte, no antes de las 11.30) M. Cilic (Cro.)-R. Federer (Sui.).

Fernando Verdasco devuelve la bola a Tommy Robredo.
Fernando Verdasco devuelve la bola a Tommy Robredo.SEBASTIEN NOGIER (AFP)

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_