_
_
_
_
Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La fosa de los comunes

Javier Vallejo

"La verdad no se encuentra rápido y a veces no es la que uno desea oír", le dice la forense a Esteban, que fue criado en un orfanato y desea conocer la identidad de sus padres. En NN12, drama de Gracia Morales galardonado con el premio SGAE 2008, resuena la historia de los desaparecidos de las dictaduras argentina y chilena, de los niños arrebatados en las maternidades y de las víctimas del franquismo arrojadas a fosas comunes, que sería mejor abrir para no dejar las cosas cerradas en falso.

Inspirándose en la labor abnegada del Equipo Argentino de Antropología Forense, que en 25 años ha identificado a centenares de desaparecidos de más de 30 países, la joven autora granadina crea una ficción con empaque documental, contada a través de informes forenses, de cartas donde una compañera de reclusión de la madre de Esteban relata a los abuelos de este el destino de su hija secuestrada y el nacimiento del niño, y de soliloquios que la investigadora mantiene ante los huesos de la víctima, y ante su alma, encarnada por una actriz.

En NN12, la labor de la forense concilia pasado y presente: devuelve al hijo su identidad cierta y evita que su madre sea solo tierra bajo la tierra. Encarnada con un halo de continua extrañeza por Carolina Bustamante, la espectral mujer asesinada se vuelve profundamente carnal en el último tercio del espectáculo, cuando su autora entra en harina dramática al hacerle revivir alguna de las noches que pasó con su verdugo, encarnado con una cotidianidad inquietante por el argentino Jorge Molina.

Como Wajdi Mouawad en Incendies, Morales evita con buen criterio situar la acción en un país concreto: el acento andaluz de las actrices nos trae a España, pero la fecha del secuestro de la protagonista nos devuelve al Cono Sur a cada rato, en un polisémico viaje de ida y vuelta. El director Juan Alberto Salvatierra mezcla en escena limpiamente pasado y actualidad, y lo vivido con lo ensoñado, apoyándose en la luz irreal de Fernando Vidal y en la verosimilitud sintética del espacio escénico de Carlos Monzón. Del texto destacan los monólogos donde la madre evoca su fosa y la naturaleza inevitablemente ambigua de su relación con el verdugo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_