La lucha eterna de Olazábal

La cara no debe de ser siempre el espejo del alma. Porque Olazábal dice que en Augusta está en paz consigo mismo, feliz. Pero su cara decía ayer otra cosa. Después de acabar el día seis sobre el par, el doble campeón se quedó fuera del corte por tercera vez seguida. Su rostro reflejaba cansancio y dolor. "Lo que me está pasando es muy duro. Estoy jugando mal y no consigo dar con la tecla ni encontrar algo que me ayude a pegarle bien a la bola. Sé el problema, la posición arriba en el drive, la falta de coordinación abajo, la transición del golpe, pero no la solución. Y esto es muy duro".

La luz del Masters se diluye cada año más para Olazábal. Elegido capitán de Europa para la Copa Ryder de 2012, el vasco comienza a ver cada vez más cerca su etapa de preparador que la de jugador. Aunque, siempre cabezota y orgulloso, se resiste a dejar los palos sin antes darse alguna alegría, sin demostrarse que es capaz, aunque solo sea una vez, de pelear por algo. Miguel Ángel Jiménez, que acabó el día en el par y jugará el fin de semana, se acercó a su amigo junto a la casa club para regalarle unas carantoñas de ánimo. "Este campo es mucha tela", dijo El Pisha. Quirós y él esperan a Sergio García en la lucha final de hoy y mañana -el genial McIlroy lideraba de nuevo el torneo-. Olazábal les animará desde la calle.