El 'marcaje' de Barbara Berlusconi a su delantero
La vicepresidenta del Milan es la nueva pareja de Pato
Todavía no es oficial, pero las fotografías lo dejan claro: Barbara Berlusconi, la tercera hija de Silvio Berlusconi, presidente del Gobierno italiano, y Pato, el goleador del Milan, el equipo de su padre, salen juntos y van en serio. Ella es hija del hombre más poderoso del país. Él, una de las estrellas del club. La suya es la relación más comentada del momento y la más perseguida por los paparazis. Los dos novios han sido inmortalizados ya varias veces y algunas revistas del corazón han dedicado sus páginas a lo que tiene pinta de ser algo más que una simple aventura. Las últimas pruebas son unas imágenes en las que se les ve salir de un restaurante milanés tras el derbi del sábado que enfrentó al Milan con el Inter (3-0), con dos goles de Pato que le dedicó a su amada.
Apenas tres días antes, en una entrevista con Vanity Fair, el delantero brasileño (se llama en realidad Alexandre Rodrigues da Silva; su apodo viene de Pato Branco, la ciudad del Paraná donde nació) dribló sobre el tema con tímida discreción y tan solo dejó escapar: "No quiero hablar de ello, con Barbara estamos empezando". Sin embargo, cuando durante el partido, fundamental para el destino de la Liga, le metió dos goles al Inter, Pato homenajeó a la chica llevándose la mano al corazón y levantando la mirada hacia la tribuna de San Siro, donde ella le sonreía y se deshacía en aplausos.
Aunque muy jóvenes, ambos acaban de salir de matrimonios fallidos. Barbara, de 27 años, rompió hace poco con el empresario Giorgio Valaguzza, padre de sus dos hijos pequeños. La pareja llevaba casi una década junta. Pato, de 21 años, se divorció en 2010 de la modelo brasileña Sthefany Brito, con la que se había casado nueve meses antes y a la que ahora pasa una pensión millonaria.
La relación no centra solo las tertulias sociales de los programas de media tarde. El amor entre la hija del jefe y el joven atacante tiene más implicaciones. Barbara, además de forofa del equipo rossonero -como su padre, que de tanto amarlo llegó a comprárselo en 1986 y lo hizo resurgir-, es la vicepresidenta del club, y los rumores dicen que su progenitor la quiere sentada al frente del Consejo de Administración. Por otro lado, los tifosi milanistas festejan la unión en casa rossonera y las malas lenguas comentan que si Berlusconi tenía intención de vender al brasileño o de cambiarlo al Real Madrid por Kaká, los planes se han parado. Ahora Pato viste una camiseta más importante, la de la familia Berlusconi. Y es que Barbara en cuestiones amorosas sigue el camino de papá.
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