La crisis de la imagen, a Venecia

El crítico David G. Torres explicó el contexto del que surge el proyecto de Mabel Palacín para el pabellón catalano-balear de la próxima Bienal de Venecia, del que es comisario, con dos datos muy gráficos: "Cada día se suben 100 millones de fotografías a Facebook y se ven 150 siglos de vídeos en Youtube. El estatuto de la imagen en nuestra sociedad ha cambiado de manera total y Palacín tiene esta pulsión de volver a situar el arte contemporáneo en el centro de este debate".

La artista afirma: "Vivimos un momento de cambio, que de hecho ya se ha producido aunque aún lo estamos digiriendo". Es una transformación que afecta a la manera de ver el mundo e interpretarlo, una dislocación de la relación entre el productor y el receptor de imágenes que ella identifica con el título de 180º , forma en que también se designa en el cine el salto de eje de la cámara a la hora de filmar planos y contraplanos sin desorientar al espectador.

La instalación que presentará Palacín (Barcelona, 1965) en Venecia, aún en producción, consiste en una gran fotografía de gran detalle de un edificio de la ciudad de la laguna (aunque no identificable claramente) que tiene también una versión en un vídeo que recorrerá lentamente la fotografía mostrando detalles difíciles de advertir en la mirada rápida a la imagen fija. Otros vídeos del mismo edificio que muestran imágenes de fuga en la terraza completan el montaje, sobre cuya disposición aún no han trascendido detalles.

Esta segunda participación catalana en la Bienal de Venecia, en el marco de los eventos colaterales, la organiza el Institut Ramon Llull (IRL), en el que están representados el Gobierno catalán y el balear, y en esta ocasión cuenta también con la colaboración de la asociación veneciana Sale, que gestiona el Magazzino del Sale nº 2 (vecino al que se utilizó en la pasada edición). Según explicó el director del IRL, Vicenç Villatoro, que se mostró satisfecho con el proyecto, el presupuesto de esta edición es de 750.000 euros, de los que 450.000 corresponden al conjunto del proyecto de Palacín y el resto a las otras actividades paralelas (habrá un ciclo de debates mientras dure la bienal y una sesión sobre tradición y modernidad, aún indefinida, como conclusión). El consejero de Cultura, Ferran Mascarell, señaló: "La cultura no es ornamento, sino fundamento. A Venecia no vamos a ornamentar, sino a participar en un debate de fundamentos sobre la contemporaneidad".