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Reportaje:TELEVISIÓN

El vigía de las revueltas

Al Yazira se afianza como el canal panárabe de referencia

Ana Carbajosa

La cobertura del estallido popular que ha inundado de jóvenes las calles del mundo árabe ha supuesto la consagración de Al Yazira, la cadena panárabe que desde hace dos meses dedica su programación a dar cuenta al minuto de las revoluciones. Si la del Golfo fue la guerra de la CNN, la primavera árabe le pertenece sin duda Al Yazira. Constata su poderío la declaración de guerra abierta de regímenes como los de Túnez, Egipto, Libia o Yemen, que temen más a la cadena qatarí que a una invasión estadounidense, según se bromea en la región. Yemen, de hecho, acaba de expulsar al corresponsal en Saná por "la falta de credibilidad e imparcialidad".

Los países árabes son conscientes de la capacidad de movilización de Al Yazira, a la que acusan poco menos que de sacar a la gente a la calle a manifestarse. Saben que una vez tomada la decisión editorial de cubrir un acontecimiento histórico, va hasta el final. Organiza un gran despliegue técnico y de corresponsales y enviados especiales y emite horas y horas en directo sin apenas interrupción. Ha sabido, además, incorporar el periodismo ciudadano a través de testimonios y vídeos de testigos de los sucesos.

Catar utiliza la emisora informativa como arma de política internacional

Detrás de toda esta operación está Catar, un emirato de apenas millón y medio de personas -la mayoría trabajadores inmigrantes- e incapaz de exhibir excesivas credenciales democráticas. A simple vista, que Al Yazira se haya convertido en la voz del pueblo árabe parece no encajar demasiado bien con la naturaleza del diminuto emirato.

Los expertos explican, sin embargo, que la injerencia editorial de la casa real y del Ministerio de Exteriores qatarí, del que depende, se ciñen a las cuestiones que afectan directamente al emirato. Por otro lado, apuntan, los posibles riesgos que pueda correr el emir al apadrinar a la bestia negra de los regímenes de medio mundo árabe son insignificantes comparados con los réditos diplomáticos que le proporciona la cadena con mayor audiencia en Oriente Próximo.

"Gracias a Al Yazira, a Catar se le considera un Estado poderoso en política internacional. Los países árabes piensan que si mantienen buenas relaciones con Catar, tendrán buena cobertura en Al Yazira", sostiene Marwan Kraidy, profesor de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Pensilvania y experto en el negocio periodístico en el mundo árabe. "Los qataríes son expertos a la hora de hacer juegos malabares. Son capaces de emitir las intervenciones de Bin Laden y de albergar una base estadounidense a la vez sin problema", añade.

Los analistas subrayan que la narración de las revueltas se ha suavizado -sobre todo en la emisión en árabe- cuando le ha tocado el turno a Bahrein, ante el miedo de que se extiendan por el Golfo Pérsico y acaben por tocar a Catar. Fares Braizat, profesor del Centro Árabe de Investigación y Ciencia Política, asegura que los periodistas operan con total libertad: "Las coberturas recientes de Afganistán, EE UU, Pakistán y en general del mundo árabe prueban que para ellos no hay límites".

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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