El éxito de un tipo humilde
Tras dejar su anterior banda, La Fuga, Rulo se recicla en cantautor de rock urbano
"Es mucho más bonito el éxito cuando se persigue que cuando se consigue", lo dice Raúl Gutiérrez, alias Rulo, un joven de 31 años tan sencillo que dice ser feliz sin parecerse para nada a una estrella del rock y viviendo en su Reinosa natal (localidad cántabra de 10.000 habitantes) de tal forma que pueda compaginar la música con la montaña y ejercer de padre con su hija.
Escribió su primera canción con 14 años y montó entonces su primer grupo, al que llamó Suizidio. "Sí, así con z. Cuando tienes 14 años has de ser el más radical de todos", explica. Pero fue con La Fuga cuando alcanzó el éxito necesario para poder llenar el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. "Estuvimos 13 años juntos. Los 11 primeros fueron maravillosos y los dos últimos tampoco es que hayan sido un infierno, pero tener una banda es como una pareja: nace con vocación de eternidad, pero termina jodiéndose. Lo digo ahora con cierta ligereza, después de año y medio de divorcio y de mucha tristeza y amargura. Era muy difícil hacer canciones en un sitio en el que no querían que las siguiera haciendo. No puedo cantar las canciones de otro. No lo puedo hacer, de verdad. Así que decidí dejar el grupo. Si siempre hice canciones y cantarlas me hace feliz, pues seguiré haciéndolo, aunque sea en un sitio más discreto y más pequeño como Rulo y La Contrabanda", explica. Mañana presentará "este nuevo rincón", que se titula Señales de Humo, en la sala La Riviera de Madrid. Once canciones compuestas "mitad en Reinosa y mitad en varios viajes" que emprendió tras la ruptura para buscarse a sí mismo. Estambul, Manhattan, Venecia, Bruselas y Croacia tienen la culpa.
"Siempre hice canciones y me hace feliz. No puedo cantar las de otro"
La crítica se ha apresurado a vaticinar el éxito de este regreso al calificarlo como el nuevo Fito Cabrales (Fito y Fitipaldis), algo que a Rulo no le molesta. "Estoy tan contento con mis canciones que no me importan las comparaciones. Dicen que hago un rock sabiniano, que tiene un rollo Calamaro. Pero también están ahí Enrique Urquijo, Barricada y Los Suaves. Es lo que he mamado. Pero no pretendo ser otra persona. Que la prensa me compare es inevitable. Nunca me ha gustado ir de algo que no soy, ni siquiera en mis letras. Por ejemplo, no vendo que me gusten las drogas porque no me drogo. Solo soy un tipo con la necesidad vital de componer y de cantar canciones. Una cosa tan sencilla y tan extraña como esa".
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