Placeres del rock
No era un restaurante atractivo y tampoco estaba situado en una zona chic. Los que lo frecuentaron bromeaban sobre sus filetes y las camareras que los sirvieron soportaron a una clientela de bohemios borrachos o drogados. Porque el Max's Kansas City, a pesar del nombre, era un refugio para artistas. En sus paredes colgaban obras de Warhol, Donald Judd, Neil Williams y otros habituales, que pagaban así sus facturas. "El Max's fue el Cedar Tavern de su época", afirmó el galerista neoyorquino Leo Castelli.
Lo fundó un hostelero de Nueva Jersey llamado Mickey Ruskin. Tras vender su parte en un antiguo negocio y pasar un año en Europa, Ruskin eligió un nuevo local en el sur de Park Avenue, y lo transformó en el Max's Kansas City, que abrió sus puertas en diciembre de 1965. Andy Warhol empezó a ir cada noche. Allí, entre paneles de formica, creó una sucursal de la Factory en la cual reinó. Mientras, el local fue atrayendo a otras faunas. "Dile que se vaya a casa, se dé un buen baño y vuelva después", le dijo Ruskin al crítico y cazatalentos Danny Fields cuando éste fue con Janis Joplin. A pesar de todo, Joplin se hizo clienta y Fields llevó también a Jim Morrison y Brian Jones. "Era un lugar al cual pertenecías o no", escribió Lou Reed.
Oliviero Toscani retrató a muchos de los noctámbulos habituales para un reportaje de L'Uomo Vogue, puesto que el bar fue también un reclamo para la moda. El underground era chic y las celebridades (Jane Fonda y Roger Vadim, Mick Jagger, John Lennon y Yoko Ono, Marisa Berenson...) llegaban fascinadas por el halo legendario que iba rodeando al establecimiento a medida que los sesenta transcurrían.
En 1969, la parte superior del local dejó de albergar las taquillas de las camareras para transformarse en discoteca. Poco después, Velvet Underground dio una serie de conciertos. En uno de ellos, Lou Reed se despidió para siempre del grupo y la actuación se convirtió en el disco póstumo del cuarteto. Siguieron programándose conciertos y en aquella pequeña sala hicieron su debú neoyorquino Springsteen, Bob Marley y Tom Waits. Grupos locales como New York Dolls y Magic Tramps dieron paso a la era glam, y un errático Iggy Pop se automutiló a placer durante un show histórico. A finales de 1974, Ruskin decidió cerrarlo, cansado ya de perder dinero. Un año después, el Max's reabrió sus puertas con nuevo propietario al mando. Se transformó rápidamente en santuario del rock neoyorquino, estableciendo una sana competencia con el CBGB's. Max's cerró para siempre en 1981. Dos años después, Ruskin falleció de sobredosis. Conmemorando los 45 años del nacimiento del bar, el galerista Steven Kasher ha editado un libro, Max's Kansas City: Art. Glamour. Rock & Roll, tres sustantivos que resumen lo que fue aquel restaurante donde lo de menos eran los filetes. -
Max's Kansas City: Art. Glamour. Rock & Roll. Steven Kasher. 160 páginas. 200 fotografías. Abrams Image.
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