La OCDE calcula que las pensiones serán un 9% más bajas con la reforma

La principal virtud atribuida hasta ahora a la reforma de las pensiones derivaba del ahorro que proporcionará a largo plazo. Pero esos 3,5 puntos de producto interior bruto (PIB) que las arcas públicas dejarán de gastar en 2050 serán a costa de los futuros pensionistas. La OCDE, que reúne a las 30 economías más prósperas del mundo, calcula que las prestaciones resultarán casi un 9% inferiores con los cambios aprobados que con la normativa actual. Así se desprende del último informe anual sobre pensiones, publicado ayer, y que dedica un capítulo específico a la reforma española.

La OCDE estima el impacto individual de la reforma tomando como referencia el peso de las pensiones sobre el último salario percibido. España presenta una de las relaciones más favorables de la OCDE en este terreno (es decir, una de las menores diferencias entre la cuantía del último sueldo y la pensión que lo sucede). Sin reformas, un trabajador con carrera completa que comenzase a cotizar en 2008 cobraría una prestación equivalente al 81,2% de su último salario. Con los cambios introducidos, la cuantía baja al 73,9%. Si se trasladan esos porcentajes a casos concretos, resulta una rebaja de la pensión de casi el 9%. Eso no supone que las pensiones futuras sean más bajas que las actuales, sino más bajas de lo que habrían sido de no aplicarse la reforma.

El nuevo marco "mejora la sostenibilidad a largo plazo"

El principal motivo reside en la potencia que alberga una de las grandes medidas de la reforma, la ampliación del periodo de cómputo de la pensión. Desde 2022 las prestaciones se calcularán tomando como base los últimos 25 años cotizados, en lugar de los 15 actuales. Para carreras de cotización clásicas, con mejoras progresivas hasta la jubilación, esa ampliación resulta perjudicial, pues los años más antiguos (de menores retribuciones) reducen la base de cálculo. En cambio, esta fórmula favorece a los expulsados prematuramente del mercado laboral.

Aunque el Gobierno no lo ha verbalizado, el cálculo de una reducción del 9% con 25 años de base es coherente con sus previsiones. La memoria económica del anteproyecto de ley sobre pensiones, que en breve se remitirá al Congreso, calcula que el gasto caerá un 5% cuando se tengan en cuenta los últimos 20 años cotizados. El texto no llega a considerar el impacto con 25 años.

La rebaja de pensión resultará mayor para trabajadores que hayan tenido 10 años de interrupción laboral, pues con la reforma es mucho más probable que esos años cuenten. De suponer un 81,2% del salario, en estos casos la pensión se queda en el 70,5%, un 13% menos. Con todo, este cálculo es mucho más errático, pues la OCDE no aclara en qué periodo computa los años de interrupción ni tiene en cuenta la cobertura social en ese tiempo.

Los cambios permitirán a España "mejorar significativamente la sostenibilidad financiera a largo plazo del sistema de pensiones", asegura el capítulo dedicado a España. El gasto en pensiones se mantendrá alrededor del 10% del PIB en 2050, por debajo de Alemania, Francia e Italia, señala el documento. Sin la reforma, se habría disparado al 15%, por encima de estos países.

Más allá del caso español, la OCDE insta a los países a reformar sus sistemas de pensiones y augura que la edad media de retiro alcanzará los 65 años para hombres y mujeres en 2050 (dos años más que ahora para los hombres y 1,5 más para las mujeres, que en algunos países pueden acceder antes al retiro). Pero este organismo pide ir más allá. "Los aumentos en la edad de jubilación son solo parte de la respuesta", aseguró Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.

Los autores instan a ligar más la pensión a la esperanza de vida, como acaba de hacer España. Y constatan que las reformas emprendidas en los sistemas de pensiones desde principios de los noventa han reducido un 20% las prestaciones.