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Reportaje:

Centro de cultura completo

El CCCB consuma su ampliación con el antiguo teatro de la Casa de la Caritat

Jacinto Antón

Ya está. Tras 17 años de la apertura del edificio principal en torno al Pati de les Dones, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) ha quedado completo con un nuevo, versátil y cuco elemento, el Teatro CCCB, resultado de la remodelación del Antiguo Teatro de la Casa de la Caritat, que algunos recordarán con nostalgia como baqueteado escenario en los años setenta del Simfònic King Crimson de Iago Pericot y Sergi Mateu. La nueva parte del CCCB se inaugura oficialmente hoy y el fin de semana podrá visitarse en sendas jornadas de puertas abiertas. Su primera utilización será la semana que viene con el festival literario Kosmópolis. Luego se usará, entre otros eventos, en el Sónar.

El edificio, que incluye una gran sala polivalente, se inaugura hoy

Con este edificio, que añade al CCCB 3.164 metros cuadrados (el 30% más de los que tiene ahora), el centro gana nuevos espacios que se consideraban vitales para su desarrollo. Entre esos nuevos espacios, que incluyen aulas y oficinas, destacan dos salas polivalentes que pueden usarse para conferencias, proyecciones, conciertos y representaciones teatrales. La mayor, la sala Teatro, un espacio bastante imponente, tiene capacidad para 600 personas y la pequeña, la sala Raval, para 170. El coste total del Teatro CCCB es de ocho millones de euros, de los que seis los paga la Diputación de Barcelona y dos el Ayuntamiento.

El proyecto de remodelación del antiguo edificio, ubicado en el número 21 de la calle de Valldonzella, ha sido elaborado y dirigido por el estudio de arquitectos José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres. El resultado, muy funcional y sobrio, se caracteriza por su diafanidad y por una blancura que lo hermana -como hermano menor- con su vecino de patio (está al otro lado de la plaza de Joan Corominas), el Macba.

Al tratarse de un edificio protegido -obra de 1912 del arquitecto Josep Goday-, la intervención debía ser respetuosa y se ha conservado la arquería de la fachada que da a la plaza Joan Corominas. Se han rellenado, eso sí, los huecos de los arcos (excepto los dos del extremo más cercano al edificio original del CCCB), creando unas "letras-ventanas" en la superficie ahora muy maciza de la fachada que permiten identificar -no muy sutilmente: unas enormes "CCCB" fragmentadas- el edificio reformado como parte del centro.

El nuevo Teatro CCCB se convierte no solo en la pieza que completa el centro de cultura sino en un elemento urbano vertebrador de la zona. Con el CCCB original, el Macba y la facultad de Ciencias de la Comunicación Blanquerna (y la hostil iglesia de Santa Maria de Montalegre), el edificio cierra y da sentido pleno la plaza de Joan Corominas.

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El acceso a las plantas se realiza por escaleras mecánicas, lo que tiene gracia si se recuerda que se ha anunciado que las del CCCB original serán suprimidas (si bien -¡hosanna!- se está revisando la decisión, que eliminaría uno de los rasgos más característicos del centro). La sala Teatro está equipada con las mayores virguerías técnicas, como un sistema de proyección de alta resolución (digital y de cine) y un equipo de sonorización de campanillas (y valga la redundancia). Dispone de parrilla pero la antigua caja escénica ha desaparecido. De hecho, pese a que al parecer hay muchas peticiones de grupos y se estudia qué nicho podría ocupar la sala en el panorama escénico de la ciudad -no antes de 2012-, no parece que se haya pensado prioritariamente en la función de teatro, ni mucho menos. Se han conservado las antiguas molduras heráldicas de yeso y una pequeña parte de la pintura decorativa del techo.

Vista ayer del nuevo Teatro CCCB, junto a la iglesia de Santa Maria de Montalegre.
Vista ayer del nuevo Teatro CCCB, junto a la iglesia de Santa Maria de Montalegre.MASSIMILIANO MINOCRI

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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