El emirato de Catar compra el 6,16% de Iberdrola por 2.021 millones

Iberdrola ha encontrado un nuevo aliado. La eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán anunció ayer que el fondo soberano del emirato de Catar (Qatar Holding LLC) va a invertir 2.021 millones de euros en la compra de un 6,16% del capital social de la sociedad. El anuncio, que sigue al de la absorción de la filial Iberdrola Renovables, decidida hace apenas una semana, rebaja la participación de ACS, principal accionista de la eléctrica con el 20,2%, hasta el 19,026%.

Aunque la dilución de la participación en Iberdrola del grupo que dirige Florentino Pérez es mínima, la entrada del fondo catarí -a través de su filial Qatar Holding Luxembourg II SAR- introduce un nuevo elemento en el enfrentamiento entre Sánchez Galán y Pérez, que reclama, sin éxito, la incorporación de su grupo al Consejo de Administración de la eléctrica.

El inversor entra con un descuento del 5,5% sobre el precio en Bolsa

Galán demuestra que puede hallar aliados con los que frenar a ACS

A semanas de que se celebre la junta general y a pocos meses de que desaparezcan por ley las limitaciones de voto que recogen los estatutos de la sociedad, Sánchez Galán envía a su rival un mensaje claro: puede encontrar apoyos de forma relativamente fácil para librar con garantía de éxito la batalla que se le plantee. No por casualidad, fuentes de la compañía resaltaron que el acuerdo con el vehículo inversor del Estado catarí supone una alianza a largo plazo con carácter estratégico.

Para entrar en el capital de Iberdrola, el fondo catarí suscribirá una ampliación de capital de la eléctrica y comprará 20,4 millones de acciones de autocartera. En concreto, Qatar Holding suscribirá la ampliación por un importe de 1.906 millones de euros, con un precio de emisión de 5,63 euros por cada título (5,5% de descuento respecto a la cotización del viernes). Al mismo tiempo, adquirirá acciones de la autocartera de la sociedad representativa de un 0,37% del capital por importe de otros de 115 millones.

Por su parte, Iberdrola llevará a cabo un programa de recompra de acciones (247,5 millones de títulos) para atender el canje de la fusión con Iberdrola Renovables.

Con este movimiento, el fondo de Catar se convierte en el tercer accionista de la eléctrica, solo por detrás de ACS y de la BBK, cuya participación se diluirá del 6,5% al 6,173%. Bancaja, con un 5,5% de participación, verá también cómo la ampliación rebaja su participación al 5,175%. Aunque no está previsto por ahora que un representante de Catar entre en el Consejo de la eléctrica, Sánchez Galán refuerza el núcleo de accionistas estables, cuya participación conjunta había caído por debajo de la que controla ACS. El grupo constructor se ha puesto como objetivo llegar hasta casi el 30%, el nivel que obligaría a lanzar una opa sobre el 100% del capital.

La operación cerrada con Qatar Holding obliga a Iberdrola a reformular la reciente propuesta de absorción de su filial Iberdrola Renovables. La fusión ya no se realizará mediante una ampliación de capital, sino a través de la recompra de títulos propios para su entrega a los accionistas de la filial. Este aspecto de la operación, explican fuentes de Iberdrola, demuestra una vez más que la operación "no va contra nadie", léase ACS-Florentino Pérez. Porque el grupo solo acometerá una ampliación de capital con modestos efectos dilutivos en las tres operaciones recién anunciadas: la anunciada ayer con el fondo de Catar, la fusión de Iberdrola Renovables y la compra de la brasileña Elektro. Dicho de otro modo: si el objetivo fuera poner zancadillas a un accionista incómodo, las operaciones se hubieran planteado de otra forma. Más agresivas. Más dilutivas.

El objetivo de las operaciones anunciadas, y especialmente la de Catar -negociada, aseguran, por Sánchez Galán antes del viaje de Rodríguez Zapatero al país- es reforzar el balance de la compañía, financiar las operaciones en marcha y mejorar la posición estratégica y financiera.

La cuestión es que Iberdrola necesita financiar en estos momentos más de 3.000 millones de euros. Es lo que, según sus cálculos, le puede costar la reorganización de su negocio en Brasil -solo la compra de Elektro le ha costado 2.089 millones de euros- y las obligaciones asumidas en la fusión de la filial de renovables. En esta acción, debe desembolsar 984 millones de euros en forma de dividendo extraordinario.

Además, la eléctrica justifica haber abierto la puerta al fondo soberano de Catar en el momento que atraviesan los mercados. Para los responsables de la eléctrica, la inflación en ascenso, la rebaja de la calificación de la deuda de España y la inestabilidad en países productores de petróleo aconsejan fortalecer todo lo que se pueda la estructura de la compañía. El objetivo es doble: mantener las calificaciones de la compañía -Iberdrola tiene A3/A- y facilitar así el acceso a recursos con un precio razonable. La compañía, según la documentación aportada ayer, cree que la dilución del beneficio por acción se situará en torno al 2%. Algo asumible si se tiene en cuenta que la empresa va a apostar fuerte en su expansión en un área de crecimiento asegurado como es Brasil.

La entrada de Catar como tercer accionista de Iberdrola se produce semanas después del anuncio de una opa sobre el 100% de Cepsa por parte del fondo soberano de Abu Dabi. Otro fondo de este país (Mubadala) negocia entrar en el capital de la firma aeronáutica vasca Aernnova. Además, Catar prometió invertir 300 millones en cajas de ahorros.