Rajoy reivindica la 'marca PP' en Asturias frente a la "marcha atrás" de Cascos
La candidata admite sin citarle que el exministro "obstaculiza" su victoria
Solo una señora del público lo citó por su nombre. Nadie más. Pero Francisco Álvarez Cascos fue el gran protagonista ausente del primer mitin de Mariano Rajoy en Asturias desde la espantada del que fue uno de sus mentores, el que le llevó por primera vez a la calle Génova en los 90 como vicesecretario de organización.
Tanto Rajoy como Isabel Pérez Espinosa, su candidata en Asturias, hicieron esfuerzos por obviarlo. Pero dominó el ambiente. El acto era en Gijón, la tierra de Cascos. Una provocación más para demostrar al exministro y a los suyos que las siglas son mucho más fuertes que él. Nada más entrar en la Universidad Laboral, donde le esperaban 1.500 entusiastas -la organización se volcó, en la puerta había 20 autobuses-, Rajoy percibió un ambiente cargado contra Cascos. "Bienvenido, señor Rajoy, Asturias no paga traidores", le gritó un militante en referencia al exministro.
El líder del PP lanzó el mitin habitual contra Zapatero, pero dejó varios mensajes hacia Cascos, pensados para llegar a todas esas personas que dudan entre la desconocida Pérez Espinosa y el exministro. Rajoy defendió que lo importante es la marca PP, un partido respetado en Europa -en Asturias, que recibe muchas subvenciones europeas, este concepto tiene mucho valor- y que va a gobernar el año que viene en La Moncloa. "Este es el partido con más militantes de toda España, integrado en el Partido Popular Europeo, donde defendemos los intereses de Asturias, el gran partido del centro y la derecha española", lanzó Rajoy. Esa es su oferta a los asturianos para anular a Cascos.
Mientras, el exministro sería el pasado, y está solo: "Nadie puede hacer nada solo. Se acabaron las marchas atrás. Estamos en el futuro, y el futuro es el cambio, con un gobierno del PP". Rajoy insistió mucho en que Asturias necesita "moderación", un mensaje también de contraste frente al radical Cascos.
El acto era electoral, pero también interno. El PP ha sufrido mucho para intentar frenar la huida de cargos a la candidatura de Cascos. Dolores de Cospedal y Esteban González Pons han hecho varios viajes para tratar de convencer a muchos alcaldes. Por eso Rajoy reivindicó al hombre de partido que es. "Yo empecé pegando carteles. Nos va a ir bien. Hemos superado muchas cosas. Somos gente dura, aguerrida, que da todas las batallas. En los momentos de dificultad se ve quién es cada quién", insistió siempre con referencias veladas a Cascos pero que servían también para Zapatero.
El PP es optimista -el ambiente ayer era eufórico- porque cree que el efecto Cascos se diluirá poco a poco con el peso de la campaña nacional, pero nadie oculta la preocupación. Gobernar con ayuda de Cascos sería muy complicado después del trauma de la ruptura. Pérez Espinosa dejó claro que teme que el exministro impida su victoria. Reclamó votar al PP y no a "cualquier fuerza política vieja o nueva que sólo consigue obstaculizar el cambio e impedir un futuro mejor". Mientras, la candidata a la alcaldía de Gijón, Pilar Fernández Pardo, gran enemiga de Cascos, se ufanó de que los que la "calumniaban" ya están fuera del partido.
Tanto Pérez Espinosa -muy aplaudida con su contundente discurso- como Rajoy defendieron la necesidad de contar con el carbón, asunto sensible en Asturias. Sin embargo, la línea oficial del PP pone en cuestión las ayudas, y el reciente informe de FAES sobre energía las combate abiertamente. Claro que no es lo mismo hablar en Madrid que en Gijón.
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