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Los Franco ceden ante la Xunta y aceptan abrir el pazo de Meirás cuatro días al mes

Cultura logra un acuerdo histórico para que los Franco cumplan la ley

El pazo de Meirás, donado a Francisco Franco "en nombre y por cuenta del pueblo" en plena Guerra Civil, abrirá al fin sus puertas al público antes de finalizar marzo. La Xunta anunció ayer un acuerdo con la familia del dictador, encabezada por su única hija Carmen, para que ésta cumpla con la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia y permita visitas, públicas y gratuitas, "como mínimo" durante cuatro días al mes. El convenio se firmó el pasado 24 de febrero y de momento sólo se sabe que el público, en visitas guiadas en gallego y en castellano, podrá recorrer partes de la propiedad y sus jardines. La Xunta se hará cargo de los controles de seguridad durante unos recorridos que durarán, cada uno, hora y media.

El Ayuntamiento de Sada pretende declarar pública la propiedad

Los herederos de Franco, que pusieron todo tipo de obstáculos desde que el Gobierno bipartito, con la nacionalista Anxela Bugallo al frente de Cultura, iniciara en 2007 los trámites para dar la máxima protección patrimonial a este pazo enclavado en Sada, aún esperan a que los tribunales resuelvan su denuncia contra la declaración en diciembre de 2008 como Bien de Interés Cultural, en la categoría de monumento histórico. Pero tras más de un año de negociación, la Xunta del PP logra vencer la resistencia de los Franco a cumplir la ley y devolver un mínimo uso público a una propiedad emblemática por su singularidad arquitectónica y sobre todo por su historia.

Ideado a finales del siglo XIX por la escritora Emilia Pardo Bazán en una antigua propiedad familiar, el singular castillo de tres torres fue el refugio literario y fuente de inspiración de la autora de 'Los pazos de Ulloa'.

Tras la sublevación militar de 1936, destacados franquistas de A Coruña compraron y ampliaron la propiedad gracias a una campaña de donativos forzosos y dinero público para regalarla en 1938 a Franco en su condición de "jefe del Estado, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España". La propiedad, con 66.792 metros cuadrados remozada y decorada bajo las directrices de la esposa de Franco, Carmen Polo, pasó entonces a ser el escenario estival de los casi 40 años de dictadura.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se congratuló ayer del acuerdo para "abrir de forma racional, ordenada y pacífica" las Torres de Meirás. Cultura esperará unos días para precisar los términos del acuerdo, logrado y organizará las solicitudes que se esperan muy numerosas para entrar al pazo, hasta ahora cerrado al público y al que sus propietarios sólo acuden esporádicamente en verano. Feijóo destacó que la Xunta se hará cargo del gasto que conlleva garantizar la seguridad de la finca durante las visitas. "No hay ningún otro pago o compensación" a la familia, subrayó.

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El Gobierno del PP inició las negociaciones con los herederos del dictador después de que el Tribunal Superior de Xustiza rechazara en septiembre de 2009 sus pretensiones de prohibir la entrada al pazo mientras no se resolviese su recurso contra la declaración como BIC.

Ante la demora en lograr un acuerdo, el conselleiro de Cultura, Roberto Varela, defendió su apuesta por "agotar la vía del diálogo" al considerar que era "la única fórmula viable" para obligarles a cumplir la ley y abrir al público su propiedad. Los dueños de bienes declarados BIC pueden ser sancionados hasta con 60.000 euros de multa. Cultura siempre alegó que por esa vía, no se logra nada como ocurrió con el castillo de Pambre, en Palas de Rei (Lugo).

"El hecho de que el pazo de Meirás abra al público es un gran éxito colectivo de Sada y sus ciudadanos", aplaudió ayer el alcalde, el nacionalista Abel López. Fueron él y su grupo municipal del BNG, estando aún en la oposición, los que iniciaron la cruzada por conseguir un mínimo uso público del histórico monumento. "Redundará en más visitantes y una dinamización del turismo", agregó. El gobierno municipal de Sada pretende declarar pública la propiedad a través de su plan general.

El incendio de 1978

En las más de siete décadas que lleva en manos de Franco y ahora de sus herederos, el pazo de Meirás se conserva bastante bien. Así lo dictaminaron los tres técnicos de Cultura que en abril de 2008, por primera vez en democracia, lograron adentrarse e inspeccionar la propiedad que forma parte del Patrimonio Cultural de Galicia. No obstante, esa inspección destacó que el singular castillo arrastra problemas y defectos en gran parte por la muy inadecuada o incluso inexistente reparación de los daños considerables causados por el incendio nocturno que arrasó en 1978 parte del pazo.

El origen de aquel fuego es aún hoy una enigma. Pero aquella noche, tras una jornada que los vecinos recuerdan por el intenso tráfico de camiones militares entrando y saliendo, fue pasto de las llamas La Quimera, la torre más alta que era el santuario literario de Pardo Bazán y donde aún se conserva parte de su biblioteca. "El fuego no llegó a la biblioteca", hoy afectada por colonias de terminas, "pero sí el humo que dejó los libros unidos en bloques", relata el informe de inspección. Y alerta de la vetusta instalación eléctrica del monumento, cuyas habitaciones para servidumbre están abandonadas, al contrario de las zonas nobles "perfectamente acondicionadas para su uso". Sólo una parte será abierta a visitas públicas, además de los extensos jardines.

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