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Llamadas a la oposición para un frente común

Nada más saber del resultado de la votación en el Congreso de los Diputados, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, telefoneó al líder del PSdeG, Pachi Vázquez, y también al portavoz nacional del Bloque, Guillerme Vázquez, a quienes comunicó los números y la situación de Novacaixagalicia con la nueva modificación legal. La llamada es la primera que se produce desde que el presidente citó a los líderes políticos en el Pazo de Raxoi para celebrar la fusión de las cajas una vez logrado el compromiso del director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, y del presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso, para integrar las dos entidades gallegas.

Fuentes conocedoras de las conversaciones de ayer sostienen que lo que pretende Feijóo es crear un frente común para presionar al Banco de España y lograr una interpretación de la nueva norma que no suponga el fin de la caja gallega. El propio presidente dejó entrever en la rueda de prensa posterior al Consello de la Xunta que el futuro de Novacaixagalicia está ahora en manos del regulador bancario y que por tanto queda mucho trabajo por hacer. En ese contexto se enmarca la decisión de los populares de abstenerse en la votación registrada en la Cámara baja. Pese a que Feijóo calificó el decreto como "arbitrario, improvisado e injusto" defendió la abstención de su partido "para no perjudicar la imagen de España en el exterior". En realidad, el presidente sabe que queda mucho partido por jugar y que no conviene un enfrentamiento frontal con el regulador.

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Ya por la tarde, la propia conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás, empezó la presión sobre el Banco de España. Convocó a los periodistas y esgrimió una carta del regulador en la que certificaba la "solvencia, rentabilidad y liquidez" de la fusión gallega. La misiva, de noviembre pasado, certificaba que los costes derivados de la integración de ambas entidades eran "asumibles" y que la operación produciría "sinergias por la reducción de gastos y economías de escala" e "incremento de eficacia y rentabilidad"".

También indicó que, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, avaló el visto bueno al proyecto de fusión tras obtener el "imprescindible permiso" de Bruselas para invertir 1.162 millones de euros de fondos públicos en esta integración.

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