Pilar Manjón: "Casi todos los días es 11 de marzo"
"Como si hubiese sido ayer". Así recuerda Verónica Almazán (28 años), entre nerviosa y acongojada, lo que ocurrió cuando un vagón del tren en el que viajaba estalló en la estación de El Pozo. Confusión, gritos, sirenas. Dolor. Y muchos muertos. "Lo recuerdo perfectamente: la explosión, la ambulancia, la UVI", enumera también Javier Ramírez (56), que vivió el atentado en Atocha. Para Ángeles Pedraza (54), presidenta de la Asociación Víctimas del Terrorismo y madre de Myriam, que murió hace siete años, el tiempo no solo no ayuda sino que "lo empeora todo", porque "recuerdas más datos, más detalles de cosas terribles".
Han pasado siete años en los que el Ministerio del Interior ha tramitado 3.555 solicitudes de indemnización y ha pagado a las víctimas más de 314 millones de euros. Pero el tiempo pasa de otra forma para quienes sufrieron aquel día. Para Pilar Manjón, madre de Daniel, fallecido en los atentados, y presidenta de la Asociación de Víctimas del 11-M, "casi todos los días es el 11 de marzo". "Estas fechas son difíciles. Estamos mal, porque se remueven muchas cosas". Lo que siente Manjón lo comparten todos: "Por una parte, los actos de recuerdo son emotivos porque te encuentras con compañeros que están pasando por lo mismo que tú y sientes la solidaridad de la gente. Pero, por otra, da la sensación de que estás anclado en el tiempo", explica Javier Ramírez. Y en el dolor, que "se queda clavado", como dice Ángeles Pedraza.
Las imágenes que cada año la televisión repite en bucle no ayudan. "No lo entendemos. Yo tengo que apagar la tele", se queja Ignacio González de Castro (36 años), que lucha por superar sus propios fantasmas, los que le han causado un 75% de discapacidad. "En mis brazos murieron cuatro personas", relata intranquilo este ex guardia civil, que no olvida tampoco los trozos de cuerpos que sacó del tren. Cristina Halffter, psicóloga de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, recomienda que eviten saturarse con reportajes de recuerdo.
González de Castro lo hará, seguro, y se irá al campo. No le gusta hablar del tema, "ni siquiera con otras víctimas". Halffter lo aconseja, sin embargo, para superar el trauma y sus consecuencias. "Ansiedad, insomnio, ataques de pánico", son los síntomas que comienza a dejar atrás Vanesa Cabañas (31 años). En 2010 fue por primera vez a un homenaje, este año repetirá. "Recibir el abrazo de la gente y devolverle el cariño es muy importante". Y recordar a quienes murieron. Olvidarlos, dice Manjón, "es matarlos una segunda vez".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.