La falta de confianza en la deuda arrastra a las Bolsas

Un cúmulo de malas noticias a primera hora de la mañana, antes de que abrieran los mercados en Europa, acentuó ayer el tono pesimista que se había extendido en los parqués europeos en los días previos. Aislados, el frenazo de las exportaciones chinas en febrero, la caída de las alemanas, la rebaja de la calificación de la deuda española por Moody's o el déficit comercial de Estados Unidos no explican la intensidad de los números rojos generalizados de ayer. Por momentos, esos números se acercaron al 2% de caída en el Ibex 35. Ahora, en conjunto, dan cierta apariencia lógica a lo sucedido y sirven de excusa para justificar el comportamiento rebaño de los mercados.

Tradicionalmente, el mes de febrero no es bueno para las exportaciones chinas, aunque esta vez ha sido especialmente malo. Tampoco parece que el dato de Estados Unidos tenga la entidad suficiente para contradecir las palabras optimistas del presidente de la Fed, Ben Bernanke, días atrás. Esto lleva a Juan Luis García Alejo, de Inversis, a observar ayer "cierto cambio de tono". Pero también le servía para ver con mucho escepticismo que lo vivido ayer suponga un punto de inflexión.

El Ibex fue uno de los peores índices de Europa, con una caída del 1,17%

Este analista recordaba que el papel protagonista en los mercados correspondía a España. "Es un país considerado sistémico", justificaba. Los inversores querían conocer al detalle las exigencias de recapitalización del Banco de España a las entidades españolas. Y, por si faltara poco, Moody's sorprendió adelantando la rebaja de la calificación española de AA1 (notable alto) a AA2 (notable) y poniendo en duda con la maniobra la validez de las pruebas del organismo gobernado por Miguel Ángel Fernández Ordóñez.

El Ibex 35 cerró el día perdiendo un 1,17%. Peor resultado que en el resto del continente, excepto Londres (-1,55%), y ligeramente mejor que el registrado al otro lado del Atlántico desde que comenzó la sesión. En los índices españoles pesaron especialmente Mapfre, Acciona y Abengoa. Hubo poco protagonismo financiero a pesar de que era un día marcado en rojo para el sector.

También la deuda soberana española tuvo un mal comportamiento. Tras varios días de castigos, los bonos a 10 años de países periféricos como Portugal y Grecia -siempre en entredicho- tomaban aire respecto al alemán. Irlanda casi acabó en tablas. En cambio, los títulos españoles perdieron terreno. Se alejaron cuatro puntos básicos de los germanos, lo que situó la prima de riesgo en torno a los 225 puntos, el nivel más alto desde el pasado enero.