Matanza durante un funeral en Pakistán

Un ataque suicida mató ayer a 37 personas y dejó a otras 52 heridas durante el funeral de un pariente de un líder tribal antitalibán en el noroeste de Pakistán, cerca de Peshawar. La explosión se suma a la reciente serie de atentados islamistas contra el Ejecutivo paquistaní, respaldado por Estados Unidos. Un portavoz talibán reivindicó el ataque.

El suicida detonó los explosivos de su cuerpo justo cuando los congregados iban a empezar la plegaria funeraria. "Mientras nos estábamos preparando para el rezo, un chico cubierto con un manto se dirigió hacia nosotros. La gente gritó al imán que esperara a que se uniera a nosotros pero, en cuanto se acercó, se explotó", explicó el testigo Mehmood Shah a la agencia Reuters.

El fallecido al que enterraban era pariente de Hakeem Khan, un líder pastún crucial en la creación de las milicias que combaten a los talibanes, denominadas lashkar.

El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Gilani, condenó el ataque y reiteró la voluntad de su Gobierno de acabar "con el cáncer del terrorismo", según un comunicado.

Canales de televisión locales informaron de que entre los asistentes al sepelio abundaban miembros de las milicias formadas al margen de las fuerzas de seguridad para combatir a la insurgencia talibán. Las autoridades paquistaníes apoyan a las milicias, una táctica también usada en Afganistán, pero a menudo se hallan indefensas ante la superioridad armada de los afines a los talibanes.

Este último ataque se produjo solo un día después de que otro suicida matara a 25 personas en un atentado perpetrado en una gasolinera en Faisalabad. Los ataques de las últimas semanas han dejado decenas de muertos.