Salustiano Mato, la visión del corredor de fondo
Aunque podríamos haber coincidido en el mundo del atletismo, Salustiano recorriendo la pista hasta completar el 800 lisos, yo con mi triple salto rompe piernas, lamentablemente colgué los clavos al finalizar mi carrera universitaria, justo cuando él empezaba a dar vueltas al estadio. Así que nos conocimos siendo los dos profesores de la Universidade de Vigo, él recién incorporado a la Facultad de Ciencias de Vigo, procedente de la homónima de Ourense, y yo en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, en la que me había integrado en 1985, y no tardamos mucho tiempo en comprobar que nos unían inquietudes paralelas y una enorme ilusión por transformar nuestra institución, que en aquellos años estaba dando sus primeros pasos.
En el verano de 1997 nos decidimos a comenzar el trabajoso proceso de organizar una candidatura a las elecciones universitarias que tendrían lugar en la primavera de 1998. Antes de lanzarnos, nos pareció oportuno contrastar nuestras aspiraciones con el sólido criterio de un buen colega y amigo, a la par que excelente cocinero, que nos invitó a cenar una tarde al final de ese verano de 1997. Así, en casa de Alberto Gago, se dio el disparo de salida de la carrera de fondo que, no sé si fruto del azar o la casualidad, habría de llevarnos a los tres al Rectorado de nuestra universidad. Me tocó comenzar como primer candidato a rector por más viejo, con Salustiano como vicerrector de investigación. Compartimos esa aventura seis años en los que el hoy rector se reveló como un hombre con visión de largo plazo y con una particular habilidad para sacar lo mejor de cada uno de los miembros del equipo que él coordinaba. Para comprobar el alcance de su actuación en aquellos años basta consultar la posición que hoy ocupa la Universidade de Vigo en el contexto español de la investigación frente al modesto punto de partida del que arrancamos.
En el Ecuador de nuestro segundo mandato se nos fue a la Xunta con el Gobierno de coalición de PSdeG y BNG que le llamó para dirigir la política de I+D. Ahí se pudo comprobar el largo recorrido de sus ideas y su tremendo empuje, reconocido tanto por los investigadores académicos como por los gestores de las empresas gallegas. Apoyándose en el trabajo de gobiernos anteriores de distinto signo político, actitud que distingue y honra a Salustiano y que desafortunadamente no abunda, acertó a catapultar hacia el futuro nuestro sistema de innovación. Con el trabajo a medio hacer, los resultados electorales de 2009 cercenaron su incipiente carrera política. Como no hay mal que por bien no venga, con Mato fuera del gobierno, la Xunta perdió, pero ganó la universidad, que rescató a uno de sus más carismáticos dirigentes.
Al comienzo de su mandato como rector, fruto de la labor conjunta con Alberto, su antecesor en el cargo, la propuesta de Campus del Mar de la Universidad de Vigo obtuvo el reconocimiento del Ministerio de Educación como campus de excelencia. No puedo imaginar un mejor comienzo para una andadura que estoy seguro será exitosa, de este gallego que no proyecta dudas acerca de su movimiento en la escalera, siempre subiendo. Todavía no se ve el techo.
Peldaños
Salustiano Mato de la Iglesia (Santiago, 1960). Doctor en Biología por la Universidade de Santiago de Compostela Desde 2000, catedrático de Zoología del Departamento de Ecología y Biología Animal de la Universidade de Vigo. Ha desarrollado su carrera investigadora en el campo de la biología y faunística de lombrices de Galicia.
1987. Investigador postdoctoral en las universidades estadounidenses de Rutgers y Cornell. Tras su retorno a Galicia, su investigación se centró en el diseño de sistemas de compostaje en los que primase un correcto desarrollo del proceso biológico frente a criterios únicamente tecnológicos.
2005-2009. Fue director general de I+D+i en la Xunta de Galicia.
2010. Es elegido rector de la Universidade de Vigo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.