Bangladesh, contra su premio Nobel
El 'banquero de los pobres' es destituido tras enfrentarse a la primera ministra - Yunus pidió a EE UU que preservara la independencia de su banco
Muhamad Yunus es, según se mire, "un líder capaz de transformar sus visiones en acciones prácticas que han ayudado a millones de personas" o "un corrupto que impone tipos de interés altísimos a los clientes de su banco y usa prácticas feroces, además de violar las leyes". El primer entrecomillado es del comité noruego que le concedió el Nobel de la Paz en 2006. El segundo, del Gobierno de su país.
El enfrentamiento entre la primera ministra de Bangladesh y el hombre que ha hecho posible que ocho millones de familias accedan a un microcrédito se saldó el pasado miércoles con su destitución como director ejecutivo del Banco Grameen. Los papeles del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks reflejan al detalle la pugna entre el bangladeshí más popular del mundo y las estructuras de poder de su país. Una batalla que aún no se sabe quién ganará, ya que Yunus ha manifestado su voluntad de seguir al frente del banco que creó hace tres décadas.
EE UU cree que su expulsión se debe al temor de que salte a la política
"Nos entristeció que le dieran el Nobel", dijo Hasina al embajador
"La primera ministra, Sheikh Hasina, y la ministra de Asuntos Exteriores, Dipu Moni, le acusan de estar envuelto en prácticas corruptas, pero creemos más probable que el desdén de ellas provenga de los vínculos que Yunus estableció con el anterior Gobierno provisional. Y de la intención que albergó de dar el salto a la política", aseguraba el embajador de EE UU en Dhaka tras entrevistarse con las dos dirigentes a finales de 2009. "Nadie puede escapar de la política en Bangladesh", concluye el documento confidencial.
El Gobierno ha justificado el "cese inmediato" del banquero de los pobres, de 71 años, por su elevada edad y por detalles técnicos sobre su nombramiento. Pero muchos consideran que obedece a las ampollas que levanta entre una casta política basada en la sucesión dinástica y la corrupción. Además, al fundador del Banco Grameen le llueven los problemas también fuera de casa. Un documental de la televisión noruega acusó a la entidad de desviar 72 millones de euros donados por Oslo para la concesión de microcréditos. El Gobierno noruego aclaró más tarde que nadie había robado ni malversado este dinero. Pese a que ningún observador independiente ha puesto en duda la honestidad de Yunus, sí surgen voces que cuestionan algunas aristas de su modelo para salir de la pobreza.
Para comprender el conflicto hay que remontarse a 2007, cuando los militares que respaldaron al Gobierno provisional de emergencia tantearon a Yunus para crear una fuerza política al margen de las dos que han regido el país desde su independencia en 1971. Yunus flirteó con la idea -"No hay forma de que me quede fuera de la política", dijo entonces- pero, según certifican los diplomáticos estadounidenses, al poco tiempo se dio cuenta de que sería mejor para él y para el banco permanecer al margen de la lucha por el poder.
"Pronto quedó claro que el Gobierno que se formó en diciembre de 2008 no estaba interesado en ayudar al profesor Yunus", escribe el embajador tras comprobar las trabas que la primera ministra ponía a proyectos del banco.
Consciente de que la tensión con los gobernantes podría poner en peligro su obra de tantos años, el Premio Nobel y Príncipe de Asturias de la Concordia de 1998 solicitó a la diplomacia estadounidense que mediara entre las dos partes. En una reunión en la embajada, la líder bangladeshí aseguró que pese a la falta de juicio que Yunus había demostrado al apoyar a los militares que rigieron el país entre 2007 y 2008, no pensaba atacarlo. "A lo mejor no trabajaremos juntos, pero no lo paralizaremos. Hace poco coincidimos los dos en Suecia. Nos dimos la mano. Es nuestra tradición familiar", contaba Hasina, hija del líder de la independencia de Bangladesh.
Menos conciliadora se mostró la ministra de Asuntos Exteriores tan solo un día más tarde. Según el relato que hizo ante el embajador, Yunus violó las leyes como la obligación de auditar las cuentas del banco). "A mucha gente en Bangladesh le entristeció que le dieran el Nobel por sus prácticas corruptas. En el Gobierno conocemos el poder que tiene gracias a su reputación internacional, y hemos tenido que mordernos la lengua muchas veces mientras él acumulaba elogios", dijo Moni.
A los pocos días el interesado desmintió ante el embajador las acusaciones. Tras resaltar sus logros -Grameen ha prestado 6.000 millones de euros desde su fundación, de los que más del 95% han sido devueltos-, admitió que la primera ministra le considera un enemigo que aspira a su puesto. "Es del tipo de persona que considera que estás con ella o contra ella", sintetizó.
En los cables que envía a Washington es evidente que la embajada se inclina por creer al banquero de los pobres. Además de elogiar la sinceridad con la que habla o la austeridad del despacho donde recibe, EE UU analiza cuál es la mejor forma de seguir ayudándole sin despertar el recelo del Gobierno. "Es posible que su mayor problema sea haberse planteado entrar en política", concluyen los diplomáticos.
El premio Nobel solicitó a la embajada de EE UU que presionara a la primera ministra para lograr más independencia para su banco, participado en un 95% por los prestatarios, y en un 5% por el Gobierno.
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