Orden de ataque
Guardiola movió piezas y dio orden de ataque intuyendo que el Zaragoza pondría el autocar para defender a Doblas. No se equivocó. El partido fue un asedio desde su inicio. Se trataba de atacar bien para defenderse mejor y el Barça sublimó la idea porque atacó con tanto orden que recuperó muy cerca del área, muy rápido; tanto que se pasó el 76% de la primera parte en campo ajeno. Además de mover el balón muy bien y con la paciencia que exigía el panorama -superó el 81% de la posesión cuando el récord era del 78%, contra el Sporting y el Levante-, fue contundente: 13 remates. Aunque tuvo poca puntería y solo marcó un gol. Justamente el detalle que no se entrena: entra o no. En los primeros 20 minutos, tuvo la pelota en 18 de ellos. Guardiola cambió entonces el dibujo no para defenderse de forma diferente. Simplemente, para atacar de otra manera. Se abrieron Pedro y Alves, cerraron Maxwell, Milito y Piqué y arrastró Bojan. Y llegó Keita. Messi, que escogió por dónde brincar, fabricó el gol que marcó el de Mali.
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