Más testigos afirman que Pitoño se tiró sobre Ussía

"Me quedé petrificado. Ver a un tío tan grande [al portero Pitoño] caer sobre una persona es una brutalidad. De pequeño he hecho artes marciales y eso es brutal. Con esa caída destrozas a la otra persona, sobre todo siendo tan grande". Así de rotundo se mostró ayer el testigo Christian G. S., que corroboró durante la tercera jornada del juicio de la discoteca del Balcón de Rosales la versión dada el día anterior por el amigo íntimo y el primo de la víctima, Álvaro Ussía, de 18 años.

Poco a poco empieza a quedar en entredicho la versión del supuesto autor material de la muerte de Ussía, que afirmó el primer día del juicio que la víctima se cayó de forma accidental y que él intentó ayudarle. De nuevo, varios testigos afirmaron que el responsable de la seguridad del Balcón de Rosales se tiró o se dejó caer sobre el pecho de la víctima. Algunos hicieron un detallado relato de lo ocurrido en la discoteca la madrugada de aquel 15 de noviembre de 2008.

"Me quedé petrificado. La agresión fue brutal", afirma un testigo

Christian explicó que había salido de la discoteca instantes antes de que se iniciara el tumulto que causó la muerte de Ussía. Sus amigos y él habían ocultado unas botellas junto a unos matorrales en el parque. "Vi todo lo que ocurrió desde lejos. Soy un poco miope y no llevo gafas porque creo que soy más atractivo sin ellas, pero recuerdo perfectamente todo lo que vi", reconoció. Según su versión, oyó que se producía una bronca. Se acercó a las escaleras y vio cómo Ussía era subido hacia la parte de arriba por varias personas, alguna de ellas muy fuertes. "Pitoño se dejó caer con ambas piernas sobre Álvaro, que estaba boca arriba. Se quedó inmóvil, encima de él y luego empezó a mover las manos como si le diera bofetadas. El agresor era bastante más corpulento que la víctima", declaró Christian. La agresión, dijo, duró un minuto.

Cuando Christian volvió a la discoteca, oyó decir que el supuesto autor estaba escondido en un cuarto de baño. Se lo dijo a la policía, pero, cuando acudió al sitio, ya no había nadie.

Otra testigo, Lucía F. M., también recordó que antes de que los porteros subieran a Ussía en volandas por las escaleras, le pegaron un bofetón en la cara y este se golpeó la cabeza contra una de las barandillas. "Cuando ya estaba arriba, le cogieron de los brazos y le tiraron al suelo. Lo hicieron con un barrido, de una forma violenta y con bastante fuerza. Después se tiró uno de los puertas [porteros, Pitoño]. Cuando se levantó, Álvaro ya no se movía", añadió la testigo.

Ella misma, que estaba al lado, les dijo: "Mira lo que habéis hecho". La víctima estaba tirada en el suelo inmóvil e inconsciente. "El más grande estaba con la cara descolocada, pálido. Sabía que algo grave había pasado", añadió Lucía.

El juicio se celebró ayer en una jornada extraordinaria. Hubo sesión de mañana que empezó con dos horas y media de retraso. El motivo fue que no había llegado a tiempo el fax para comunicar que el principal acusado fuera conducido desde la cárcel hasta la Audiencia Provincial. La mañana también estuvo protagonizada por el enfrentamiento entre la abogada de Pitoño, Miriam Vergara, y la presidenta de la Sección 23ª. Esta le acusó de intentar confundir a los testigos con las declaraciones que hicieron ante la policía y en el juzgado de instrucción. La fiscal y los abogados de las acusaciones también protestaron. Antes de que terminara la sesión de la mañana, la juez expulsó a dos amigos de Ussía que insultaron a Pitoño. Le dijeron moviendo los labios y en silencio que era "un hijo de puta".

Varios testigos confirmaron que el incidente previo que desencadenó la agresión de los porteros consistió en que Ussía empujó a su amigo Rafael y pisó a una chica. Esta se quejó y llamó a un amigo portero, que sacó al joven de la sala agarrado del cuello. Una versión distinta la dieron Macarena N. S. y M. R. L. [menor de edad entonces], que aseguraron que Ussía le tocó el culo a la más joven. Cuando esta se lo recriminó, Álvaro le dijo que le tocaba el culo porque le daba la gana y que era "una puta y una zorra". Después, dos porteros, entre ellos el imputado David Alonso, sacaron al joven de la discoteca.