Els Joglars llevan a San Sebastián la memoria irónica de su pasado

"Reírse de sí mismo es lo mejor para estar siempre divertido, lo que pasa que nosotros lo hacemos por avaricia catalana porque para estar enfadado hace falta mover 40 músculos y en cambio para reír solo 15". Ramón Fontserè, actor y miembro de la compañía catalana de teatro Els Joglars, presentó ayer en el Teatro Victoria Eugenia el montaje 2036 Omena-G, que se representará desde hoy y hasta el próximo domingo. La obra llega a San Sebastián tras recorrer en 2010 casi toda España y con ella la compañía rinde homenaje a sus 50 años de historia.

Para celebrar fecha tan significativa Els Joglars decidió "aplicar el sarcasmo que en otras ocasiones hemos aplicado a los demás a nosotros mismos". "En vez de mirar atrás y hacer un recuerdo de escenas de otros espectáculos, hemos mirado hacia delante, cómo seremos nosotros dentro de 25 años, en 2036".

El grupo se dispone a montar una nueva versión de 'El Nacional'

El resultado es un grupo de cómicos, viejos, que viven en el Hogar del Artista, en unos cobertizos, "porque se habrá ido a tomar por saco todo el sistema de pensiones", apuntó Fontserè. Los actores tienen la oportunidad de volver a un escenario cuando una entidad bancaria decide hacerles un homenaje. Sobre las tablas la figura de los viejos actores se contrapone a la de dos artistas jóvenes, los encargados de presentar el espectáculo, que "se comunican con un castellano muy degradado, de sms".

El montaje, "una obra divertida, cruel, con mala uva, con nuestro sello inconfundible", según el actor, también crítica la actual figura de los ancianos. "Antes los viejos eran las personas a los que los jóvenes iban a pedir consejo y tenían una dignidad. Ahora cuando les ponen en esos autobuses en los viajes del Imserso esa dignidad se pierde", señaló el cómico que reconoció que "es un poco cruel representarse a sí mismo pero muy divertido".

Fontserè también explicó que, tras cerrar la gira de 2036 Omena-G, que finalizará en mayo en Cuenca, Els Joglars prepararán una nueva versión de su obra El Nacional. Un montaje que nació hace 18 años, también en época de crisis, y en el que el acomodador de un teatro en ruinas decide representar Rigoletto con vagabundos.