Tras 'El Dorado', el examen belga

David Ferrer venció por 7-6 (4), 6-7 (2) y 6-2 en la madrugada española del domingo a Nicolás Almagro en la final del torneo de Acapulco y enseguida pensó en el viaje que tenía por delante. Fueron casi 10.000 kilómetros para unirse a Rafael Nadal, Fernando Verdasco y Feliciano López, concentrados ya en Bélgica para la primera ronda de la Copa Davis, que se disputará en Charleroi desde el viernes. Fueron un viaje transoceánico y el jet-lag de las siete horas de diferencia. Y fueron y serán los dolores de sus piernas, resultado del tránsito de la tierra al cemento europeo. Todo a cambio de su pedazo de El Dorado, de un valioso triunfo en la gira americana de arcilla, que por primera vez vio a cuatro españoles coronados en sus cuatro competiciones.

Así, Tommy Robredo se impuso en Santiago de Chile, donde no jugó contra ninguno de los 55 mejores. Almagro, que roza el top 10, ganó el Abierto de Brasil y el torneo de Buenos Aires sin enfrentarse a ninguno de los 30 mejores. Y Ferru, el número seis, se cubrió la cabeza con un sombrero de mariachi, el sello del ganador mexicano, cerrando el círculo sin que le inquietara ninguno de los 10 mejores. Los campeones españoles, alejados de los torneos más competidos, que disputaron los mejores sobre las superficies rápidas de Rótterdam o Dubái, aprovecharon su superioridad para consolidarse en la élite.

Ahora, procedentes cada uno de una esquina del mundo -Ferrer y Verdasco, de México; López, de Dubái, y Nadal, de Mallorca-, afrontan su primer examen grupal de 2011. Pasar la primera ronda en Bélgica y olvidar la derrota de 2010 en los cuartos de final ante Francia, la peor (5-0) de España desde 1957.