Mango 'viste' su propia ciudad
La firma de moda comienza la construcción de su macrocentro logístico con hoteles, cines y 'outlet'
"Cuando un proyecto tarda tanto en salir, produce agotamiento. Dan ganas de abandonar. Pero, al final, ha salido adelante", cuenta el director general de Mango, Enric Casi. La marca compró en 1999 unos enormes terrenos en Lliçà d'Amunt (Barcelona) con la idea de crear un gran centro logístico. Siete años después todo parecía estar a punto de comenzar. Mango anunció que desbloqueaba 360 millones de euros para el proyecto. Pero volvió a encallar. Tras lidiar con tres cambios de Gobierno municipal, problemas con permisos urbanísticos y contratiempos varios, finalmente, ha sido en febrero de 2011 cuando han dado el pistoletazo de salida. Las máquinas comienzan a trabajar en lo que será la Ciudad Mango.
El nuevo centro no sustituirá a los actuales, sino que se añadirá a ellos
El proyecto de la firma de moda española "más internacional", tal y como señala siempre la marca, tiene grandes cifras: dispondrá de alrededor de 330.000 metros cuadrados, de los cuales 280.000 se destinarán a uso industrial, con el citado centro logístico. Sin embargo, lo más llamativo es el uso del resto de suelo: albergará cines, hoteles (para los que buscan un promotor) y un espacio comercial. La estrella de la zona comercial será un outlet, destinado a prendas con descuento de temporadas anteriores, de 10.000 metros cuadrados. "Habrá cosas de Mango, pero también de otras marcas", adelanta Casi.
Mango, que abrió su primera tienda en 1984 en el paseo de Gracia de Barcelona, cuenta actualmente con más de 1.700 tiendas en 102 países. Cerró 2009 con una facturación de 1.480 millones en las ventas de sus tiendas propias y franquiciadas. Es la segunda empresa exportadora de moda en España, después de Inditex, que también tiene su principal centro logístico (que no el único) en España, en concreto, en Arteixo (A Coruña), con 280.000 metros cuadrados construidos.
El directivo de Mango prefiere no dar demasiados detalles sobre su proyecto. "Hemos decidido ir por fases. En la primera, que durará cuatro o cinco años, tendremos preparado el centro logístico. El resto de cosas llegará después. De momento, está pensado que todo el proyecto termine en 10 años, pero seremos flexibles, atendiendo a las necesidades del grupo", razona. Al ritmo de crecimiento de la marca, dice, quizá el centro esté acabado en 10 años. Y puede que cinco años después se les quede ya pequeño. "Pero preferimos hacerlo así, para no fracasar. Los grandes dramas y las caídas de los imperios se producen cuando una empresa proyecta algo que luego no encaja con el momento en el que está acabado, porque las ventas van mal o ha cambiado la realidad de su sector", justifica.
La realidad de Mango, hoy por hoy, está bastante alejada de la crisis. El año pasado abrieron 400 tiendas. En este ejercicio hay previstas 600 aperturas más.
Telefónica y Santander, que tienen en Madrid sus propias ciudades corporativas con oficinas, restaurantes y hasta peluquerías destinadas a los empleados, acumularon en sus nuevos complejos toda su actividad y prescindieron de múltiples edificios antiguos. No es la opción de Mango. El megacomplejo, asegura Casi, no sustituirá nada. "Será todo para añadir a lo que tenemos, para responder a nuestro crecimiento", explica. Así pues, los metros que se creen serán añadidos a los actuales y, del mismo modo, los empleos que se generen, también. "En Palau tenemos un almacén de 22.000 metros cuadrados y 200 trabajadores. Lo hicimos de manera temporal, porque preveíamos hace tiempo poner el nuevo en marcha. Es pequeño, pero nos está siendo muy útil, así que le seguiremos dando uso después", dice.
"Es una zona con mucha actividad industrial y logística, así que creemos que hace falta", razona Casi. De hecho, han elegido esa ubicación por su cercanía con el puerto, buenas comunicaciones por carretera y con el aeropuerto. ¿No pensaron dejar Cataluña e instalar su macroproyecto en otro país? "Cuando te planteas un proyecto así, estudias varias opciones. Por supuesto, estudiamos otras. Pero, al final, ya está en marcha en Lliçà d'Amunt".
No tienen intención de cambiar la oficina principal al complejo. "Pero quizá sí la parte informática, muy relacionada con la distribución, y el área de comunicación y todo lo relacionado con showrooms, pasarelas y muestras para franquiciados", adelanta Casi. De Barcelona se servirán las prendas al mundo entero, excepto a China, que tiene su propio almacén. "Allí tenemos mucha actividad y por eso instalamos un centro logístico propio para el mercado interno. Si nuestro ritmo de crecimiento sigue avanzando en Asia, quizá también hagamos un segundo centro logístico en ese país. Es solo una idea por el momento, pero está ahí: Barcelona sería el punto de distribución para una parte del mundo, y China, para la otra", explica.
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