_
_
_
_

El desplome de la demanda asfixia a las sociedades de suelo industrial

La Xunta culpa al bipartito de llevar a los entes públicos "al borde de la quiebra"

Cuando Galicia necesitaba suelo industrial no lo tenía, y ahora que lo comienza a generar no tiene a quien venderlo. Es la razón principal de la asfixia que persigue a las cuatro sociedades provinciales que se dedican en Galicia a promocionar parques empresariales, las xestures, participadas mayoritariamente por la Xunta, que acumulan deudas millonarias con los bancos y no son capaces de abandonar una situación de déficit. La Consellería de Territorio apunta a otra causa añadida: la gestión del bipartito, a la que acusa de dejar las sociedades en "situación muy delicada", debido a su "frenética adquisición de suelo".

En efecto, los planes de la anterior Consellería de Vivenda pasaban por poner a disposición de las empresas 20 millones de metros cuadrados a corto plazo y hasta 40 millones más hasta 2015. Pero lo que ocurre es que la Xunta solo es capaz de vender unos 400.000 metros cuadrados anuales. Se genera así un desfase que no hace sino aumentar conforme avanza la crisis. El director general del Instituto Galego da Vivenda e Solo (IGVS), José Boné, se refirió ayer en el Parlamento al "grave empeoramiento" de la situación financiera de estas sociedades provinciales, en las que también participan las diputaciones.

Territorio suaviza las condiciones de venta, pero rechaza bajar los precios

Boné compareció en comisión parlamentaria para responder a una pregunta del PP sobre la evolución financiera de las empresas públicas de gestión urbanística y de la oferta de suelo empresarial en Galicia en los últimos años. El director del IGVS no tardó en culpar a sus antecesores en este organismo para explicar la situación. No lo hizo tanto por el ritmo en la adquisición de suelo, que también, como por el recurso que empleó la anterior conselleira, la nacionalista Teresa Táboas, de "obligar" a las xestures a "comprar activos" de la Xunta, esto es, suelo, recurriendo a la deuda.

Según Boné, el bipartito se encontró en 2005 una situación económica "saneada", para dejar en herencia al actual Gobierno del PP "un desequilibrio muy importante". Como ejemplo citó el caso de la Xestur de Pontevedra, que estaba en 2009 "en una situación de quiebra técnica", afirmó el director general del Instituto da Vivenda. La deuda acumulada con los bancos rondaba en esa fecha los 32 millones, aseguró.

El déficit operativo de la Xestur de Pontevedra a finales de 2009 era de 17 millones de euros, de acuerdo con una auditoría encargada por la Xunta. Con todo, la mayor deuda bancaria a diciembre de 2009 corresponde a la gestora de A Coruña, con 43 millones de euros. Ourense tiene una deuda de 19 millones y Lugo, de 16, hasta sumar entre las cuatro sociedades 118 millones de euros, según datos del IGVS.

Las afirmaciones del director del Instituto Galego da Vivenda e Solo de ayer en el Parlamento levantaron ampollas en los anteriores gestores de forma inmediata. Fuentes próximas al anterior equipo de Vivenda, que dirigía Teresa Táboas, precisaron que, en 2005, tuvieron que "empezar de cero", debido al "poco trabajo avanzado" en años anteriores. Según esas fuentes, en dos ejercicios, entre 2006 y 2007, se invirtieron en suelos empresariales 157 millones de euros, frente a los 133 millones de toda la etapa de Manuel Fraga. La gestión de todos esos fondos debería comenzar a dar sus resultados a partir de un plazo de cinco años, dado el largo proceso administrativo que requiere. Y en ese período de tiempo fue cuando irrumpió una crisis con la que nadie contaba, que hizo caer la demanda de suelo y arruinó el sector inmobiliario.

En el caso de la Xestur de Pontevedra, buena parte del déficit se debe a la plataforma de Salvaterra-As Neves (Plisan), que no estaba disponible para la fábrica de baterías de litio de Mitsubishi porque la actual Xunta decidió no reconocer derechos mineros de los propietarios, ahora asumidos, quizás demasiado tarde. Los anteriores gestores de Vivenda acusan al actual equipo de "paralizarlo todo", opinión que ilustran con el parque de Tomiño, acelerado como alternativa de Salvaterra-As Neves después de que hubiera sido aparcado por la consellería de Agustín Hernández.

Ante la caída de la demanda, la Consellería de Territorio no se plantea bajar los precios, como han solicitado, entre otros, el alcalde de Lugo, Xosé López Orozco, para el parque de As Gándaras. "Xestur no gana dinero, pero tampoco puede perderlo; simplemente recupera la inversión", sostiene un portavoz del departamento. La Xunta, que niega haber paralizado actuación alguna, ha apelado a otras técnicas para deshacerse del excedente de parcelas, como sustituir en las condiciones de venta el cobro del suelo a su entrega por un período de tres años, "con intereses y avales". "Estamos racionalizando el suelo al máximo, invirtiendo sólo donde es realmente necesario", aseguran las mismas fuentes.

Vista de las parcelas de la plataforma de Salvaterra-As Neves, la Plisan.
Vista de las parcelas de la plataforma de Salvaterra-As Neves, la Plisan.LALO R. VILLAR

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_