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La Xunta aboga por que la caja constituya un banco propio gestionado desde Galicia

La conselleira de Facenda se niega a hacer público el dato de solvencia

María Fernández

Lo deseable para la Xunta es que Novacaixagalicia se convierta en una caja "vinculada a un banco o a una fundación de carácter especial y que mantenga la obra social y el poder de decisión en Galicia". La alternativa, defendida ayer por la conselleira de Facenda, Marta Fernández Currás en el Parlamento, es "la mejor solución" para que NCG se adapte al decreto del Gobierno. Pero depende en buena parte de el plan que el PP ha trazado con la caja para que el Banco de España inyecte más fondos públicos del FROB tras la petición apresurada de 600 millones que realizó el pasado viernes. El regulador se niega en redondo. Y aunque aceptase, NCG necesitaría más dinero para elevar su nivel de capital libre de cargas si es cierto que le hacen falta entre 1.200 y 1.400 millones de euros. La cifra exacta se ignora. Aunque la oposición lo preguntó insistentemente, Fernández Currás se negó en redondo a dar datos agarrándose al "secreto bancario", que por cierto, se refiere a la facultad de un banco para no revelar ciertos detalles sobre sus clientes, pero no tiene nada que ver con informar de ratios que, como la solvencia, son públicos y están en las cuentas de cualquier entidad financiera.

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Fernández Currás admitió que la nueva regulación barrerá del mapa a casi todas las cajas españolas más allá de alguna que quede "de manera anecdótica". Detalló otras posibilidades para el futuro de NCG: "Que el FROB inyecte fondos [en este caso, con las nuevas condiciones, que suponen cambios en la gestión y la gobernanza] y que se pacte una salida", con la recompra de los títulos por parte de la caja cuando esté totalmente saneada.

La tercera de las vías posibles en el futuro de la caja expuesta por la conselleira es que se integre en un SIP (fusión con otras pero manteniendo la marca), "aunque aquí se perdería mucha capacidad de decisión". Por último estaría la integración "en un proyecto de mayor dimensión", equivalente a que un banco la absorba.

La segunda opción (que el Estado entre en el capital y comience a tomar decisiones) es la más temida por los gestores de NCG, aunque a la vez gana cuerpo a la vista de informes como el que publicó ayer la agencia de calificación Standard & Poor's, que insiste en que las dificultades para captar capital van a obligar a muchas entidades españolas a pedir dinero público. Cualquiera de esas alternativas, incluida la de una "caja de ahorros evolucionada", como la califica Facenda, mermará significativamente los recursos de la obra social. En cuanto a la capacidad de decisión, dependerá de qué porcentaje deberá vender de sí misma Novacaixagalicia, a la vista de que los inversores no aceptarían poner dinero sin tener cierto control sobre la política de la empresa.

El consejo de administración de la caja se reunirá hoy en Vigo para abordar las alternativas que ayer avanzaba el debate parlamentario. En la Cámara, el PP insistió en acusar al Gobierno de "dar bandazos", hasta el punto de frustrar una operación de venta de activos el pasado 24 de enero. "El precio [de lo que se vendía, que Currás no hizo público] descendió a la mitad tras el anuncio de la ministra". Sus argumentos no dejaron ni un hueco para la autocrítica (la Xunta es el organismo tutelador), ni para sacar tachas a la gestión de Caixa Galicia y Caixanova por separado. Sí lo hizo la oposición por boca de María José Caride, del PSOE, que aseguró que la relación entre el dinero que tiene invertido en el ladrillo medida sobre sus activos totales coloca a NCG en la cuarta posición de la clasificación nacional. "Dejen de hablar de confabulación de intereses y díganos cuál es la solución", exigió. "De lo contrario, ¿con qué cara nos vamos a quedar el 10 de marzo?". Ese día el Gobierno requerirá un plan de recapitalización a las que no cumplan. "Algunos están actuando y tienen un plan de viabilidad futura y otros se siguen quejando", atacó.

También rechazó los lamentos el BNG a través de su portavoz, Fernando Blanco. "Entre todos la mataron y ella sola se murió", dijo al inicio de su intervención. Luego aireó problemas internos de liderazgo que amenazan la fusión por las luchas de poder entre los directivos procedentes de Caixa Galicia y los de Caixanova. Su compañero de formación en Madrid, el diputado Francisco Jorquera, también le preguntó ayer a Zapatero sobre las cajas. "Lo peor para la economía gallega es tener entidades financieras que pongan en riesgo buena parte de la actividad económica. En Galicia o en cualquier otro sitio", le respondió el presidente del Gobierno.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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