El Atlético gana tiempo
Agüero corta en Zaragoza la mala racha de los de Quique, que terminan pidiendo la hora
Un latigazo del Kun cuando el Atlético lo tenía más crudo alivió las urgencias del club con una victoria sufrida en Zaragoza ante un rival, igual que los rojiblancos, sumido en el diván. El gesto de Agüero, que llevaba seis jornadas sin marcar, acabó con la terrible racha de cuatro derrotas consecutivas del conjunto madrileño en el campeonato tras un chispazo genial que congeló a Leo Franco. Después de una hora de operaciones rondando el gol -solo había conseguido uno en los anteriores cuatro encuentros de la Liga-, el cuadro de Quique Flores cantó bingo en plena efervescencia del grupo de Javier Aguirre.
La escuadra del Manzanares no finiquitó antes su triunfo por la falta de tino de Agüero, la mirilla desviada de Reyes y el fútbol errante de Forlán. El Zaragoza, que parecía recobrar el pulso tras la llegada al banquillo del preparador mexicano, volvió a las andadas en una primera parte terrible, pero capeó el temporal sustentado por su portero, anoche en estado de gracia. La excelencia de Leo Franco mantuvo en la pomada al conjunto aragonés, que acabó achuchando a un adversario que las pasó canutas y terminó pidiendo la hora.
ZARAGOZA 0 - ATLÉTICO 1
Zaragoza: Leo Franco; Diogo, Jarosik, Contini, Obradovic; Boutahar (Uche, m. 72), Ponzio, Gabi, N'Daw (Jorge López, m. 68); Sinama (Bertolo, m. 46) y Braulio. No utilizados: Doblas; Paredes, Da Silva y Edmilson.
Atlético: De Gea; Ujfalusi, Perea, Domínguez, Antonio López; Koke (Elías, m. 83), Tiago, Raúl García; Reyes, Forlán (Assunção, m. 92) y Agüero (Diego Costa, m. 85). No utilizados: Joel; Valera, Filipe Luis y Juanfran.
Gol: 0-1. M. 65. Agüero, de remate cruzado.
Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Diogo, Contini, Ponzio, Tiago, Domínguez y Obradovic.
16.000 espectadores en La Romareda.
Uche y Bertolo estrellaron el balón en el larguero en los instantes finales
Peleado con el gol, el Atlético cortó en La Romareda su racha autodestructiva en 2011, en la que solo había ganado uno de los 10 partidos disputados. Para romper el gafe Quique volvió a dar una vuelta de tuerca a la alineación, en la que Koke se estrenó como titular. El canterano, que dejó algunos destellos interesantes, como una pared con el Kun que no terminó en gol por una mano prodigiosa de Leo Franco, le devolvió la alegría que le faltaba en las últimas jornadas. Para terminar de marear el once, que la escuadra del Manzanares no ha repetido en los 69 partidos que lleva con su técnico, Domínguez reemplazó al sancionado Godín en el eje de la defensa y Antonio López volvió al carril izquierdo en detrimento de Filipe Luis.
Los cambios no afectaron a la última línea colchonera, que, salvo el arreón final, no tuvo noticias de Braulio ni de Gabi, las referencias ofensivas del Zaragoza. Retrasado a la espera de alguna virguería de Sinama, que vio el segundo tiempo en el banquillo, el equipo aragonés renunció al balón y cedió tres cuartas partes del campo al Atlético. Tiago no se arrugó y dispuso la pelota con criterio, con Raúl García echándole un capote, cómodo con la desidia de la medular maña, a la que el balón no le duraba tres pases.
El dominio era total, pero al Atlético le costaba superar la última línea, reforzada en cada acometida por Ponzio, muy atento a la matrícula del Kun y que ejerció de tercer central. Un remate de Reyes que se envenenó tras golpear en un defensa animó a los rojiblancos. Poco después Koke no rebañó por un pelo un despeje del arquero. Los continuos desaguisados de Jarosik y Contini eran una invitación, pero el gol no llegaba. Agüero fue demasiado chupón en un contragolpe y desaprovechó un cuatro para dos con un chut que se fue a córner. A continuación, Reyes lanzó alto una falta, Gabi salvó bajo los palos un cabezazo de Tiago... El Atlético lo intentaba de todas las maneras. La portería de Leo Franco parecía una caseta de feria, pero no había manera.
El panorama cambió en la segunda parte, con Braulio desesperando a Domínguez. Justo entonces Agüero encontró el premio tras regatear a Ponzio. Pero todo es posible con el Atlético por medio. Uche, que volvía de una lesión tras siete meses en el dique seco, chutó al travesaño. Ya en el descuento, De Gea mandó al larguero un remate a quemarropa de Bertolo. La igualada no habría sorprendido al personal, sobre todo por unos antecedentes -Joaquín, que no marcaba desde la primera jornada, le hizo dos goles el fin de semana pasado, los mismos que antes logró Toquero, que no se había estrenado con el Athletic en la Liga- que corroboran que el Atlético no es un club normal. Anoche, al menos, tomó aire tras dos meses de miserias.
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