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El Gobierno británico quiere que los gais puedan casarse en recintos religiosos

El Gobierno británico estudia modificar la legislación para permitir que los enlaces entre personas del mismo sexo (ahora uniones civiles, en igualdad de derechos con los heterosexuales) puedan celebrarse en lugares de culto e integrar elementos de un servicio religioso. Este paso, que la coalición de conservadores y liberal demócratas tiene previsto anunciar en breve, conduciría al Reino Unido a eliminar la definición legal del matrimonio estrictamente como la unión entre un hombre y una mujer, sumándose a la iniciativa española.

La ministra de Igualdad, Lynne Featherstone, iniciará esta misma semana un proceso de consultas sobre el proyecto, destinado a acabar con la discriminación de la que se sienten objeto las parejas homosexuales. De levantarse finalmente esa prohibición, hombres y mujeres homosexuales podrán denominar oficialmente a sus parejas como "marido" o "mujer" y casarse en iglesias, mezquitas y sinagogas.

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La iniciativa ha sido considerada una victoria de los socios liberal demócratas del Gobierno, que atraviesan uno de sus momentos más precarios en cuanto a cuotas de popularidad. Ese punto de la agenda social es aceptado por el ala modernizadora de los conservadores, encabezada por el propio primer ministro, David Cameron, pero colisionará con los sectores más rancios del partido. Y, sobre todo, aumentará la presión sobre la Iglesia anglicana, profundamente dividida entre tradicionalistas y liberales a raíz del ordenamiento de mujeres y de homosexuales.

La supresión del veto en Inglaterra y Gales ya ha generado las primeras reacciones en las iglesias. La jerarquía anglicana ha comunicado a la ministra que no permitirá el uso de sus edificios para ceremonias de esa naturaleza y se espera idéntica reacción desde los credos católico y musulmán, que solo reconocen el matrimonio entre cónyuges de diferente sexo.

La filtración del proyecto por la prensa dominical fue recibida de forma ambigua por el influyente arzobispo de York, John Sentamu, defensor de "una democracia liberal que garantice la igualdad para todos, pero al tiempo reacio a que el Gobierno dicte a la iglesia lo que debe hacer.

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