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Reportaje:

Mazoni madura a fuego lento

El grupo ampurdanés saca hoy al mercado 'Fins que la mort ens separi', un disco sobre el amor y la muerte

Jaume Pla (La Bisbal d'Empordà, 1977) hace ver que es un despistado, un pasota. Pero no, el cantante y líder de Mazoni habla desde dentro, directo al interior del que le quiera escuchar. Ahora cierra un proceso creativo intenso tras dar luz a su séptimo disco, Fins que la mort ens separi (Bankrobber), que se pone a la venta hoy. Pla es de los que piensa un poco lo que tiene que decir, regala silencios y admite que el proceso creativo le da "vida", pero también le incordia: "Me fuerzo a hacer canciones". De hecho, ha estado casi dos meses encerrado en una casa ampurdanesa en Corçà. Una reclusión buscada. "Es que, si no, me distraigo", confiesa en Jaume Pla, que ha dejado "de regañar" -como admite que hacía en el álbum anterior, Eufòria 5-Esperança 0- para "profundizar" en temáticas como la muerte y el amor, "cosas que van juntas a menudo".

"Soy más humilde que modesto, no presupongo nada de nadie", dice Pla

Pla se ha calmado, reconoce que "este es un disco menos guitarrero" y que apuesta por canciones intensas, con cargas de profundidad que se leen entre líneas. El sonido de este nuevo trabajo tiene puntos intimistas, con reminiscencias pop, melodías trabajadas y letras hipnóticas. Y, tras siete discos a la espalda, confiesa que del proceso creativo hacer la letra es lo que más le molesta. Cree en la poesía pero no se cree poeta, a duras penas compositor. "Los versos quizá son fruto de la casualidad, pero lo que sí que tengo claro es el tono del texto cuando empiezo", sostiene para añadir que es "muy perfeccionista con la música".

Tanto es así, que le da importancia cardinal a elementos como el ambiente de creación. "Este disco lo he hecho cantando por la noche" confiesa Pla. "Ha ido bien porque quería recrear la puesta en escena del directo; cantaba a esas horas, con la copa en la mano, porque perseguía esa esencia".

Más terrenal, el líder de Mazoni disecciona alguno de sus métodos de composición, que cambian de un disco a otro. "A veces, cambias de metodología para variar la inercia, modificando la afinación de la guitarra, por ejemplo", señala Pla, que admite que en el nuevo álbum ha trabajado quizá un poco más con los teclados que con la guitarra. Pero no cree en la matemática musical "porque, en realidad, es todo cuestión de fe".

Tampoco quiere entrar en el juego de las etiquetas y referencias. "Claro que me gustan los Beach Boys, pero también me encantan los Pink Floyd y nadie me dice que me parezco a ellos", mantiene secamente Pla.

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Es capaz de hablar con ironía de las relaciones personales y ponerse serio en el mismo minuto. Se declara autoexigente y duro: "Siempre me he tomado seriamente la música, quizá la única cosa en mi vida que me tomo así". Insiste en su autorretrato para añadir: "Soy más humilde que modesto, no presupongo nada de nadie". ¿Futuro? "Ahora pienso en el próximo disco, porque me quedan cosas todavía dentro", asegura Pla, que promete más ritmo y letras incluso mejores.

Pero Mazoni -nombre tomado de las ninfas de la serie infantil de los ochenta Capitán Harlock- no es solo Jaume Pla, sino una banda que comprende a cinco músicos y que tiene buena energía -con dos baterías en el escenario-, sobre todo gracias al entrenamiento continuado en los directos. Los comienzan este mes con la presentación del nuevo disco en conciertos en Rosas, Badalona y otras ciudades catalanas.

Jaume Pla, cantante del grupo Mazoni.
Jaume Pla, cantante del grupo Mazoni.ROMÁN YÑÁN

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