Liderazgos a remojo
Realizado después del cambio de Gobierno en octubre y antes de la firma del Acuerdo Económico y Social, el barómetro de enero del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), basado en 2.500 entrevistas celebradas en 237 municipios y 48 provincias, amplía hasta 10 puntos la ventaja del PP sobre el PSOE en voto estimado. Al 34,6% de los encuestados le gustaría que los populares vencieran en las legislativas (frente a un 28,7% partidario de los socialistas); el 71,4% cree que las ganarían (solo un 10,4% apuesta por sus rivales). El PSOE supera al PP únicamente en simpatía o cercanía de los entrevistados, consecuencia de la autoidentificación ideológica mayoritaria de la sociedad española con el centro-izquierda y la izquierda frente al centro-derecha y la derecha.
El PP aventaja al PSOE mientras Rajoy y Zapatero son cateados en el barómetro de enero del CIS
Esa desahogada distancia -los socialistas ganaron a los populares por casi cuatro puntos hace tres años- tiene sin duda motivaciones predominantemente macroeconómicas. Los datos objetivos del elevado desempleo, la reducción del sueldo de los funcionarios, la congelación de las pensiones y el recorte del gasto público encuentran en el barómetro del CIS su traducción subjetiva: un 80,6% de los encuestados considera mala o muy mala la situación económica general, mientras que otro 69,4% opina que el panorama será igual o peor dentro de un año.
Tampoco reina el optimismo sobre la vida política: el 68,3% de los entrevistados estima mala o muy mala la situación, pero el 73,1% pronostica que será igual o peor dentro de un año. Esas malas vibraciones afectan a la gestión mala o muy mala tanto del Gobierno (58,8%) como de la oposición (59,8%). En el examen de valoración obtienen notas casi igual de humillantes el presidente del Gobierno (3,30) y el líder de la oposición (3,25): sorprendentemente, el 62,3% de los encuestados cree que si Rajoy estuviese al frente del Gobierno, lo haría igual o peor que Zapatero. La poca o ninguna confianza personal de los encuestados por el CIS castiga de forma parecida al presidente del Gobierno (80,7%) y al líder de la oposición (78,8%).
Las crisis económicas, las medidas impopulares y los escándalos políticos no siempre acarrearon tanto desgaste a los liderazgos: ni Felipe González en el agitado final de su largo mandato ni Aznar durante las protestas contra la guerra de Irak fueron rechazados con tanto escarnio como lo está siendo ahora el presidente del Gobierno. Si la caída libre de Zapatero resulta vertiginosa, todavía más espectacular es que su desmoronamiento no haya elevado en la balanza de la opinión pública el platillo donde Rajoy guarda un marrullero silencio sin arriesgarse a formular un programa para el futuro diferente de los pronósticos del calendario zaragozano. Y también es llamativo que Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno y pregonado sucesor de Zapatero al frente de la lista del PSOE en 2012, reciba en el apartado dedicado a los ministros el único aprobado con una valoración del 5,32.
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