Puente entre el creador y el público

El pasado sábado arrancó con la actuación de la compañía de Philippe Saire en el palacio Euskalduna, en Bilbao, la 12ª edición del festival Dantzaldia, que a lo largo de un mes ofrecerá cinco espectáculos internacionales de danza contemporánea. Dantzaldia es la parte más visible del trabajo de La Fundición, un espacio de Bilbao dedicado a las artes escénicas que cumple 25 años y mantiene su media de ofrecer 30 obras al año. Al frente de La Fundición, desde el primer día está Laura Etxebarria. Su trabajo, define, Etxebarria consiste en facilitar la comunicación de los procesos creativos. "Somos un puente entre el creador y el público", dice.

Etxebarria se muestra satisfecha de la trayectoria recorrida por La Fundición. "El proyecto ha alcanzado los objetivos de conseguir un espacio para la creación, la reflexión artística, la exhibición y la comunicación entre el proceso creativo y el público", explica. "Es un teatro pero de puertas adentro es también un centro de recursos para los artistas, donde las compañías elaboran sus trabajos y un punto de encuentro entre creadores y programadores". La Fundición cumple 25 años dedicados a la puesta en escena de lenguajes que incorporan el uso del cuerpo, el texto, la voz, las artes visuales y el cine, recuerda su responsable. "Teníamos sueños que se han ido cumpliendo", reconoce. "Las políticas culturales han ido más lentas en el terreno de las artes escénicas que, lamentablemente, están muy desabastecidas". Aún así, Etxebarria cree que a lo largo de las últimas dos décadas ha visto como la política cultural también ha cambiado hacia "una búsqueda de consenso antes de tomar decisiones". "En todos los sitios se han escuchado las necesidades del sector", añade. "Las administraciones están haciendo lo que nosotros empezamos a hacer hace tiempo". Para encontrar el mejor ejemplo, señala a Laboral, en Gijón. "En el País Vasco todavía no ha llegado a ocurrir". Mientras, espera que acaben de definirse las "fábricas de creación" propuestas por el Departamento de Cultura o recuerda el modelo de dantza-etxea, que se recogía en el Plan Vasco de la Cultura.

"El público entiende la diversidad de propuestas"

En los últimos 25 años Etxebarria ha sido testigo de la rápida evolución de las artes escénica en el entorno inmediato. "Los medios audiovisuales y la tecnología han cambiado radicalmente el trabajo y los lenguajes que utilizan los creadores", señala. "En paralelo, los artistas han reflexionado sobre el trabajo con el cuerpo. El pensamiento ha evolucionado hacia posturas no tan estéticas, no todo tan lindo, no tan de consumo. En todas estas ramas han evolucionado el teatro y la danza".

¿Y el público? "Está inmerso en los mismos cambios tecnológicos, tiene una gran curiosidad y entiende la diversidad de propuestas que le ofrecen", responde. "El público también ha evolucionado y sabe que además de entretenimiento, las artes escenicas son un lugar para la reflexión estética y social. Vivimos en el pasado momentos de atención a lo abstracto, a lo conceptual, con los artistas volcados en los materiales de la creación. Ahora creo que hay una tendencia hacia lo social, hacia un mayor compromiso". Parte de los espectadores ha envejecido con La Fundición, reconoce su directora, pero la audiencia también se renueva. "Lo emocionante de los cambios es que también nos ha obligado a evolucionar", reconoce. "Empezamos introduciendo la danza contemporánea, porque el teatro ya estaba asentado en el ambiente y en los espacios culturales". Ahora en La Fundición hacen de puente, continúa, con otras "coordenadas técnicas", para que los espectadores que empezaron con ellos en los años 80 del siglo XX sigan atentos a su programación.